martes, 7 de julio de 2009

Los siete pecados capitales: conclusiones


Terminamos con la avaricia una particular (y repetimos que personal) serie de los pecados capitales, desde la cual no hemos tenido otra pretensión que tratar de darle la vuelta al concepto de culpa, tan omnipresente en nuestra cultura.
Como decíamos en la introducción, seamos practicantes o no, creyentes o no, todos nosotros hemos crecido (y eso significa que hemos aprendido) los valores propios del catolicismo, por lo cual conceptos como equivocarse, errar, fallar, confundirse, o incluso "no saber que hacer", han podido ser confundidos, en ciertos contextos, por pecar.
La diferencia entre este errar consciente y el errar inconsciente, es sin duda, la intención. Y es por eso, que desde estos posts, hemos llamado tantas veces a la honestidad personal, considerando que es en sí misma la única vía por medio de la cual podemos hacer consciente lo inconsciente.

No hemos pretendido, en ningún caso, hablar de la psicopatología del pecado, puesto que sin duda eso hubiera sido no construir, ya que las etiquetas psicopatológicas no siempre son la ayuda que pretenden ser.
Lo que hemos perseguido ha sido encontrar la luz que proyecta la sombra, asumiendo que muchas veces las cosas no se hacen bien no por que no se quiera (volvemos a hablar de intención/no intención), si no porque no se sabe, o quizás porque nadie nos enseñó a hacerlo. Así, la pereza, en algunos casos, puede ser un tiempo de hibernación desde el cual coger fuerzas para lo que viene... o la gula puede ser el detonante que nos permita deternenos y buscar cuales son los vacíos del alma, asumiendo que tenemos "dos estómagos", uno que se nutre de alimentos, y otro metafórico que se nutre de afectos... La lujuria puede ser un regalo, efectivamente, pero también una búsqueda de afecto en la que se confunde sexo con amor, cuando no son lo mismo. La envidia, tan paralizante y justificación de las más graves manipulaciones humanas, puede, en realidad, devolvernos en un espejo la imagen de aquello que querríamos ser pero que todavía no somos. La avaricia, ese afán desmedido por "coleccionar" etiquetas que nos esclaviza, puede por el contrario liberarnos si recordamos que somos lo que somos, no lo que tenemos. La soberbia, ese vestido tan pesado que nos impide aprender y escuchar... hasta que al desnudarnos, y precisamente por eso, nos da la oportunidad de conocer desde el corazón todo lo que nos rodea. Y la ira, esa emoción a veces adaptativa pero tan desadaptativa porque al poner toda la atención fuera de nosotros nos impide aprender... y porque desde Avatar Psicólogos consideramos que aprender es crecer.

Fue Nietzsche quien dijo que los obstáculos de mi camino se convirtieron en mi camino. Es esa la idea que nos ha mantenido las últimas semanas hablando de los Pecados Capitales. Es una idea muy budista esta de asumir que todo lo que nos pasa en la vida es para aprender y crecer con ella, de ella. Una estrategia guerrera es coger la inercia del movimiento del contrincante, puesto que eso es al final mucho más económico (en terminos de fuerza y de esfuerzo) que parar en seco ese movimiento.
Eso es lo que aspiramos hacer con los obstáculos o dificultades vitales: no solo convertirlas en reto, si no aprovecharnos de su inercia.

12 comentarios:

Avatar Psicólogos dijo...

Muchísimas gracias Julieta por este trabajo que has realizado de análisis de los siete pecados capitales. Sin duda es una visión enriquecida por tu trabajo como psicoterapeuta y, sobre todo en esta serie, por tu formación como antropóloga e historia de las religiones.

Por eso, te agradezco especialmente tu gran dedicación de estos meses al blog que estoy seguro ha ayudado a mucha gente a plantearse los "pecados" de otra manera.

Enhorabuena

EL PRINCIPITO... debajo de una higuera dijo...

ZZZZZZzzzzzzzzzzzzzzzgggrrrrrrrr
ZZZZzzzzzzzz
zzzzzzzzzzzzzzZZZZZZZZZZZZZZZZZ
ggggggrrrrrjjjjjjjjjjjsssssZZZZZZZZZZZZZZZZZzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz

''Qué extraña es la gente mayor''

(Antoine de Saint-Exúpery)

ZzzzzZZZZzzzzZZZZzzzzzzzzzzZZZ

loose dijo...

Con esto se le ha cambiado la etiqueta a los pecados, pues la concepción cuasi errónea que se tienen sobre los mismos nos impide aplicarlo como oportunidad de expansión, de crecimiento en actitudes y/o aptitudes ante ciertas circunstancias o conductas que se nos presentan y que tomamos a lo largo del camino, bloqueándonos e impidiendo que demos un paso más.
Reconocer porqué nos culpamos, porqué exigimos al otro nuestras propias exigencias y liberarnos de la misma, sería un buen comienzo para reconstruir lo que una vez, desde el sufrimiento, destrozamos y para reconocer nuestras carencias y prestar atención a aquello que nos indica una nueva oportunidad de mejorar.

Besos.

Anónimo dijo...

Y para vosotros ¿qué factor ocupa la figura del diablo ne el desarrollo de los pecados?

DEMOFILA dijo...

Hay una frase muy popular: "Con la intención basta", entonces es cuando pecamos o faltamos, no cuando lo dice la Iglesia, estos roles nos lo enseñaron de pequeños, todo era pecado, no se podía amar libremente, ni sentir, ni gozar..., todo era pecado, nos limitaron las emociones, nos frustaron nuestros sentimientos.
Acabamos los pecados capitales, sin aclarar lo que realmente es pecado, o con lo que realmente faltamos, o si faltamos a Dios o a nuestra Sociedad, que nos encorseta en sus cánones, la sociedad es la que impone las reglas, la envidia viene de los demás; la ira nos la producen los demás; la gula, el exceso de viandas que se nos presentan en todo momento, y así podriamos seguir con todos estos pecados.
Al final, si con la intención basta, si no hay intención ni voluntad de pecar, si llenamos un vacio que tenemos con estos excesos, ¿en qué queda todo?, en nada, nunca hay intención, ni voluntad de hacer algo mal, las cosas pasan como pasan, sin nuestro impulso, la vida continua, y, como siempre, ella manda, ella nos marca el camino, si se pudiera desandar lo andado, no creo que volvieramos atrás, esa sería nuestra voluntad, lo pasado, pasado..., y a seguir viviendo, por nuestra voluntad y con toda nuestra intención.
Y si nuestra intención es seguir adelante, habría que hacer las cosas bien, sin hacer caso ni a una parte ni a otra.
Un saludo para todos.

AnónimA dijo...

Me voy contigo a esa higuera Principito de mis amores.
Contigo estoy echándome una siestecita.

anónimO dijo...

Y cuando sólo queden en este blog Demófila y la siempre fiel Loose, que ambas dos te ríen todas las gracias hagas lo que hagas, digas lo que digas y sin ningún previo analisis, y tod@s los demás nos hayamos ido, como parece que está sucediendo, a echarnos una siestecita con el Principito para evitar el aburrimiento. Cuando eso suceda ¿qué piensas hacer con este blog Avatar? ¿De verdad piensas que un blog público se puede mantener solo a base de los que simplemente te llevan la corriente?
Te agradeceré mucho que me respondas.

Avatar Psicólogos dijo...

Exacto Demofila, en el fondo los pecados quedan en nada porque no hay una intención negativa en ellos y por lo tanto no se puede culpar. No creo que un Padre bondadoso castigara a sus hijos por hacer cosas desde el miedo o la desesperación. Eso no quiere decir que no tengamos la responsabilidad de hacer algo con ello, creo que venimos a este mundo a evolucionar y a desarrollarnos y afrontar nuestros miedos, carencias y otros asuntos que provocan que nos desequilibremos y tomemos control a través de conductas inadecuadas. Por eso nuestro sufrimiento, ansiedad, etc. son unas maravillosas señales de que algo tenemos que cambiar y es absurdo pelearse contra ellas. Si nos descubrimos "pecando" tratémonos con más amor y abramos los ojos para descubrir que es aquello que nosotros (no los demás) tenemos que cambiar.

Por eso mismo, anónimo, el concepto de diablo no tiene sentido para nosotros. No creo en un mal en si mismo sino en seres vivos luchando por su supervivencia de maneras muy básicas y que como consecuencia dañan a los demás, pero si esas personas se sintieran seguras no agredirían (de cualquier forma) a nadie. Pienso que el concepto de infierno es una manera más de control a través del miedo para dirigir nuestra voluntad.

Avatar Psicólogos dijo...

Principito/AnónimA/anónimO supongo que con vuestros comentarios nos queréis decir que estáis aburridos con la temática del blog, esperamos que en el futuro los post capten de nuevo vuestro interés y os aporten algo.

La finalidad es desarrollar temas que, obviamente, no pretendemos que interesen siempre a todo el mundo, agradecemos el aviso que nos haces porque nuestra intención es aportar cosas al mayor número de personas posible.

En cuanto a la gente que opina, no olvides la paradoja esa que ocurrió en un congreso sobre tolerancia en el que una de las conclusiones fue "Hay que ser intolerantes con la intolerancia"...

Anónimo dijo...

Avatar estoy totalmente convencida de que ayudais a muchas personas aunque no os dejen sus comentarios en el blog como es mi caso quizas por pereza por verguenza o simplemente porque no han escrito en un blog.

muchas gracias por vuestra ayuda

Yo misma dijo...

No suelo comentar nunca pero quiero dar las gracias tanto a avatar como a loose porque me ayudan muchísimo.
Hace tiempo que os leo y me transmitis mucha fuerza.
Mis circunstancias no son del todo favorables y vuestras reflexiones y opiniones hacen que vea mi situación desde otra perspectiva para poder superar este bache.
Solo cuando uno sufre en sus propias carnes este demonio es cuando verdaderamente se sabe lo mal que se puede llegar a pasar y agradezco haber topado con vosotros, que aunque solo sea mediante una pantalla me llegan muy hondo.
Haceis muy buen trabajo. Sois grandes.
Gracias por estar al otro lado.
Necesitaba hacéroslo llegar.

Anónimo dijo...

¡Puajj!
Cuanto baboseo.