lunes, 28 de octubre de 2013

¿Dónde reside nuestro poder?

¿Dónde reside nuestro poder?

No por repetida y manida la respuesta deja de tener vigencia "El poder está en nuestro interior"

Cuando estamos centrados en nosotros mismos somos capaces de afrontar cualquier reto que la vida nos ponga delante. Es fascinante observar en la consulta como, cuando se conectan consigo mismas, hay personas que son capaces de superar con éxito los acontecimientos, a veces tremendamente duros y exigentes, que la vida les pone delante. No importa la injusticia, lo inmerecido o lo caprichoso de lo acontecido, hay personas que se centran, entran en contacto con sus recursos (en muchas ocasiones ni si quiera eran conscientes hasta que ocurrió lo imprevisto de que tenían algunos de ellos) y superan con éxito, y seguramente también dolor, el reto.

Cuando esto ocurre la persona sale crecida de la prueba y, por tanto, agradecida. Y cuando ves a alguien que, cuando toma perspectiva, es capaz de ver no solo lo malo que la situación le trajo sino todos los aprendizajes, crecimientos, etc. que también estaban asociados a ello entonces es inevitable que algo profundo se mueva dentro de ti porque, de alguna manera, te recuerda que tú también tienes esa fuerza y serías capaz de afrontar las situaciones que tanto miedo nos provocan.

Decía uno de mis maestros, John Demartini, que la vida nunca te pone un problema que no puedas resolver. Recordándonos que si hay algo que ocurre en tu vida es porque tienes recursos para afrontarlo. Lo que ocurre en tu vida está en tu plano de realidad y si perteneces a ese plano de realidad es porque estás preparado, si no, estarías en otro plano. Incluso, estoy convencido, que son precisamente esos retos exigentes los que vienen a movilizarnos cuando estamos en un lugar que no nos corresponde y nos agarramos a él por miedo a estar en el nivel que nos corresponde. Ocurre la exigencia y te obliga a dar un salto cuántico o a sufrir las consecuencias de no hacerlo. Si elegimos la primera opción, la aparentemente más difícil, al saltar de plano y aterrizar donde realmente nos corresponde sentiremos finalmente una sensación de plenitud, de conexión y de poder tremendas. Si por el contrario nos resistimos, entonces perdemos el poder que nos corresponde y abrazando fuertemente nuestras limitaciones nos sentimos aparentemente seguros en ellas pero, al mismo tiempo, estaremos firmando ese malestar interno permanente que nos recuerda que no estamos allí donde nos corresponde, estaremos firmando que la vida, que es generosa, nos ofrezca una segunda oportunidad regalándonos una vez más aquella misma situación que a toda costa queremos evitar.

Y es que a veces entramos con facilidad en círculos viciosos. Quizá eres una persona sensible, algo fantástico para disfrutar de cada detalle de la vida y poder sentir el Amor y la belleza que hay a tu alrededor. Pero por algún daño en la infancia o por algún acontecimiento que te marcó tienes una  herida y, siendo sensible, cada vez que alguien o algo te toca en esa herida sientes un dolor inmenso. Como esa herida se produjo normalmente en la infancia reaccionas como el niño que eras, culpas al afuera, a la persona que sientes que te produjo el daño.

Cuando culpas a algo de fuera pierdes tu centro, pierdes tu poder sobre tus propias emociones y sentimientos, es decir, le das el poder al otro. Y cuando haces eso te sientes inevitablemente más débil y por tanto más a merced de los acontecimientos estás y eso te hace más daño. Entonces, como niño que te sientes intentas recuperar la seguridad, el poder, a través de tratar de satisfacer a la otra persona, de cumplir sus expectativas, de volver a ser un niño bueno. Y como me enfoco en el otro pierdo más poder y más a merced estoy de mis miedos, con el extra que, al intentar volver a sentirme bien a través de los ojos de otra persona no sólo pierdo poder sino que también pierdo mi libertad lo que hace que me sienta ¿más poderoso o menos?

Este circulo vicioso es eterno y sólo se puede salir de él volviendo a nuestro centro, conectando con el poder que tenemos dentro de nosotros, superando los miedos que nos llevan a resistirnos a afrontar la situación que estamos viviendo. Es importantísimo que recuperemos el camino hacía nuestra conexión con el Ser, que a través de nuestro cuerpo estemos presentes en nosotros mismos y al Ser verdaderamente nosotros, al encontrarnos con nuestra fuerza interior y nuestros recursos... seremos capaces de afrontar cualquier reto que la vida nos ponga delante, recuperaremos nuestros poder y dejaremos de atraer aquello que ya no es necesario para nuestras vidas. Como siempre, hacer una cosa u otra es una elección, tú eliges, ese es tu derecho, ese es tu poder.