lunes, 19 de septiembre de 2011

Hoy estoy de bajón

Hoy estoy de bajón. No me apetece levantarme de la cama, ni tampoco seguir en ella sin dormir, no me apetece nada, sólo olvidarme, dormir, escapar, salir.

Hoy estoy de bajón, es una nueva mañana y yo quiero que sea simplemente ayer, bueno no tampoco, quizá antes de ayer, o hace un año o... quiero estar como antes, aunque una vocecita me diga que ese antes me ha traído hasta este hoy en el que... estoy de bajón.

Doy un vuelta, trato de acallar a esa voz que sale de algún lugar dentro de mi que me martillea con opciones... salir a correr por la mañana, meditar, ducharme y salir a desayunar, trabajar... ¡pero no entiende esa voz que no me apetece nada! Y no me digas que me anime, no me digas nada porque hoy no quiero escuchar, sólo quiero que esa voz que grita que todo es una mierda suene más alta que la maldita voz que me recuerda las opciones que tengo, de ahogar esa consciencia de que el día está en mis manos y lo puedo cambiar, disfrutar, suprimir la sensación de saber quien soy de verdad, porque llegar hoy hasta mi es difícil y... ¡hoy estoy de bajón!

Y entiendo las causas pero me da igual, quizá no he dormido suficiente o quizá demasiado, o hay un cambio de presión atmosférica, o llevo demasiado tiempo traicionando mis valores o hay un cambio hormonal o... me da igual... ¡hoy quiero estar de bajón!

Aunque esa maldita voz sigue colando sus ideas en mi cabeza, si siempre hago lo mismo siempre obtendré el mismo resultado, está bien estar hoy de bajón pero si me contagia el día posterior y el posterior será depresión... lo que más me molesta es que se empeñe en recordarme quien soy y que este no soy yo. Y si no soy yo ¿cómo no voy a estar de bajón? ¿Y quiero ser yo? pero eso es un esfuerzo y no tengo ganas... estoy de bajón... ¿Esfuerzo o bajón? ¿Esfuerzo o bajón?

Me levanto... me lavo la cara... me miro al espejo, profundo a los ojos y decido ser yo...

Me quedo en la cama, me quejo, me convenzo de que no puedo, es culpa de la vida o culpo a mi yo de no ser yo...

Es sólo una elección. Sólo una elección y... yo estoy/estaba de bajón...

jueves, 8 de septiembre de 2011

Eventos y preguntas sin respuesta (racional)

El sonido del móvil sonaba insistentemente. Intuyendo la pregunta en sus caras, les dijo sin quitar las manos del volante y los ojos de la carretera: "No lo voy a coger, vuestra seguridad es más importante que cualquier llamada".

Menos de tres segundos después de haber terminado la frase, dos coches cruzaban a su lado a gran velocidad afrontando en suelo mojado esa doble curva en forma de "s" que ellos estaban terminando de trazar. El segundo de los coches, no se por qué intuyo que el del conductor más inconsciente de los dos, perdía el control de su mercedes invadiendo en una sonora derrapada el carril contrario en el mismo momento en que con un rápido volantazo era evitado por aquellos que yendo cómoda y tranquilamente por su carril eran todavía solicitados telefónicamente.

Apenas unos instantes después una serie de preguntas pasaban por la cabeza. "¿Qué habría ocurrido de estar en esa curva sólo un segundo más tarde? ¿Y si no hubiese llevado las dos manos en el volante o los dos ojos en la carretera?".

Sabía, su trabajo en emergencias y catástrofes se había encargado de recordárselo múltiples veces, que la vida es efímera, que hay que disfrutar cada instante, que esa pregunta a veces utilizada en ciertos cursos "¿Qué harías si supieras que este es el último día de tu vida?" podía hacerse real en cualquier momento.

Pero otra reflexión inundaba todavía con más intensidad a su mente. Hacía tan sólo unas horas una de sus almas gemelas en esta vida le había estado contando lo que a ella le había pasado. Como en mitad de sus vacaciones, haciendo un trekking, había tenido una caída que para todos sus compañeros de viaje en los segundos eternos que duró parecía con total seguridad el final de su vida. Para su todavía mayor alivio que incredulidad ella se levantó del fondo del precipicio con apenas unos rasguños y el gemelo roto. "Durante la caída -le había contado- sentí como una voz me decía `no luches, déjate ir, no temas, todo va a salir bien´y yo, mientras todo daba vueltas a mi alrededor en cámara lenta, solo le hacía caso a esa voz que había surgido de no se donde".

Esos dos episodios construían una serie de preguntas que se agolpaban en su mente sin siquiera darle tiempo a elaborar ninguna respuesta coherente:
¿Hay alguien o algo que cuida de nosotros hasta que es nuestro momento?
¿Es casualidad la muerte o nos vamos de aquí en el momento preciso?
¿Será la vida fruto de la simple casualidad, evolución e incertidumbre, o tenemos una misión que desarrollar y mientras no la hayamos realizado (o abandonado) tenemos que permanecer en este plano más allá de lo duras o fáciles que sean nuestras circunstancias?


Sin duda su intelecto no tenía la capacidad para responderlas de una manera creíble, pero algo dentro de él, muy lejos de ser razonado, le decía que si se había construido esas preguntas era porque ya en su interior existía la respuesta a ellas. Y una sonrisa de complicidad y agradecimiento hacia el Universo se dibujo en sus labios.



Dedicado con cariño y agradecimiento a ese ser tan especial con el que tengo la suerte de compartir camino en esta vida mientras que los extraños eventos y casualidades se empeñan en hacer más pequeña la distancia física que nos separa.