sábado, 22 de diciembre de 2012

Cosas que hacer...

Uffff, con un montón de cosas que hacer todavía en estas Navidades y para el próximo año...


¿Alguien que me eche una mano con la tarea?

domingo, 9 de diciembre de 2012

Los polos opuestos se atraen

¿Los polos opuestos se atraen? Este es uno de los mitos clásicos en las relaciones de pareja y considerándolo un mito ya os podéis imaginar que no estoy muy de acuerdo con ello.

En primer lugar porque no creo que existan los polos opuestos. Hace poco ya publicamos que todos tenemos todas las características de personalidad que existen, que todos tenemos todo. Así que si todos somos todo... ¿Cómo vamos a tener un polo opuesto?

Cuando se dice que los polos opuestos se atraen significa que solemos sentirnos atraídos por aquello que (pensamos) nosotros no tenemos o que tenemos que desarrollar. Después de muchos años haciendo terapia de pareja te das cuenta de que las personas no se juntan por casualidad y que cuando vienen a terapia es porque se están resistiendo a aquello que tienen que evolucionar en sí mismas pero que les saca de su zona de confort y eso es siempre difícil.

Si por ejemplo una persona es muy estricta y estructurada ¿Qué tiene que desarrollar de si misma? Pues esa flexibilidad y desorden es lo que seguramente le atraerá de otra persona. Al fin y al cabo, su exceso de estructuración le hace sentir esclava y se siente atraída por aquello que le haría más libre que es desarrollar lo que supuestamente "le falta". Esa atracción por lo que no tengo se vuelve incomodidad cuando el desorden de la otra persona me saca de mi zona de confort y me obliga a vivir de una forma diferente a la que me da seguridad. Y entonces ¿Qué hacemos? Pues hay dos opciones:

- La primera y más usual es rechazar el rasgo que muestra la otra persona con mil y una justificaciones (todas ellas verdaderas) que explican porqué ser estructurada es mejor y más razonable que ser desordenada.

- La segunda es sentir el malestar que nos produce que se nos saque de nuestra zona de seguridad y confort, conectar con nuestro Ser para ir ampliando nuestro espectro de posibilidades y avanzar en nuestra libertad para seguir con nuestra evolución vital.

Y como suele ocurrir, pese a los beneficios obvios de la segunda opción, la mayoría de nosotros solemos elegir la primera porque, parafraseando a Silvia Salinas, es más fácil pelearse con el otro que con nosotros mismos. Pero por más que rechacemos a la otra persona, antes o después acabaremos siendo atraídos por otra igual. No podemos olvidar que nuestra esencia nos impulsa hacía nuestra evolución y nuestra libertad de las cadenas que creamos por los miedos del pasado.

Cuando el Amor que sostiene una relación es sólido nos dará la energía suficiente para enfrentarnos a nuestros miedos y nos permitirá mantenernos en esa zona de disconfort que nos permita evolucionar. Al final, la pareja es una de las maneras más eficaces para poder expandir nuestras limitaciones y permitirnos ser nosotros mismos. Como decía Carl Jung "todo lo que nos irrita de otros puede llevarnos a un mejor entendimiento de nosotros mismos".

El enamoramiento, según los griegos antiguos, es una exageración de las similitudes. Solemos enamorarnos en un principio de alguien con quien compartimos los rasgos que más nos gustan de nosotros mismos. Pero tengo la firme creencia que si solo compartimos cosas en las que nos parecemos antes o después acabaremos aburridos (de nosotros mismos en el otro) y tras esa primera fase de locura la pasión se desvanecerá, al fin y al cabo esa relación no tiene ninguna utilidad para nuestra evolución. Cuando nos enamoramos aparentemente por nuestras similitudes pero debajo hay una atracción todavía mayor por nuestras diferencias entonces, tras la fase de enamoramiento, nos encontraremos con el reto de afrontar lo que tenemos que desarrollar y esa relación seguirá estimulándonos. El problema es que a veces no tendremos la valentía para enfrentarnos a nosotros mismos y la proyección de nuestras carencias se convertirá en acusaciones y resentimiento hacía la otra persona.

Si la fantasía que te has construido de la otra persona no cuadra con la realidad, o incluso si es muy diferente como estamos viendo aquí, tendremos dos opciones, tratar de empezar a conocer y amar la realidad de la persona que tenemos delante o culpar (a ella o a nosotros mismos) de no ser lo que nosotros nos habíamos imaginado. Todo esto forma parte del enamoramiento, Amar supone aceptar los dos polos opuestos en nosotros mismos y en la otra persona.

Por otra parte, si todos tenemos todas las características de personalidad ¿Por qué nos enamoramos de una persona y no de otra si al fin y al cabo todas somos "iguales"? Cada persona tiene un diferente sistema de valores y concede importancia a unas cosas más que a otras coincidiendo con ese sistema. Una relación puede funcionar cuando, además de ayudarnos a evolucionar, los miembros que la forman comparten los valores más importantes para cada uno. Si en aquellas cosas más importantes para nosotros coincidimos entonces podremos estar en desacuerdo con aquellas otras que no sean tan prioritarias. Así que al final, parece que más que los polos opuestos los que se atraen son los polos parecidos siempre y cuando estemos completos. El gráfico del ying y el yang es un hermoso símbolo de este concepto, solo estaremos completos cuando integremos nuestras zonas de luz (las que amamos) con las de sombras (las que rechazamos) y a partir de ahí podemos compartir nuestra luz con otra persona amándola completa.

Las personas que elegimos para que nos acompañen en el camino de la Vida suelen ser aquellas con las que compartimos los valores más importantes para nosotros, lo que quizá nos queda para construir un mundo más tolerante y pacífico es aprender a, una vez aceptadas en nosotros mismos, respetar las diferentes prioridades de los demás.