sábado, 20 de marzo de 2010

Derechos y Privilegios


Caminando por la prisión de Alcatraz, dejándome transportar por las sensaciones de la falta de libertad y la energía allí acumulada tantos años después, me encuentro con un cartel que recuerda la norma número 5 de la prisión:

PRIVILEGIOS

Tiene derecho a alimentación, vestimenta, refugio y atención médica. Cualquier otra cosa que usted recibe es un privilegio


y entonces me doy cuenta de la cantidad de privilegios de los que disfruto en mi vida, de la cantidad de grandes y pequeñas cosas que pintan las paredes de mi vida de sensaciones, pasiones, comodidades, estimulaciones... y entonces entiendo a John Demartini cuando habla de que se llenen los ojos de lágrimas de agradecimiento. Porque por unos momentos, posiblemente demasiado largos, había dejado de ser consciente de todo aquello que tengo y cuando vuelvo a serlo no importa nada más que la sensación de agradecimiento por todo lo que la vida me regala cada día y mi compromiso de disfrutarlo.

Y es que más allá de lo que nuestra imaginación puede crear sobre las cosas que nos faltan, dejar la fantasía de lo que no es, volver al presente, ser consciente, significa agarrar ese ahora que es, en toda la extensión de la palabra, un verdadero presente.

viernes, 12 de marzo de 2010

sobre Rosa y el espejo

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios al texto, para mi lo importante de un relato es que le sirva a cada persona para reflexionar en lo que esa persona tenga que resolver y Julieta, tu descubres una nueva visión de la historia que la amplia y la completa.

Hay dos tipos de personas en la vida (mas bien todos somos ambos tipos y uno de ellos prevalece según el momento o la situación que enfrentemos):
- Proactivas, se centran en su parte de responsabilidad en los problemas y en lo que ellos pueden hacer y
- Reactivas, se centran en lo que el otro debía haber hecho o dejado de hacer y siempre se centran en la parte de responsabilidad de los demás en el problema.

Normalmente, los segundos, los reactivos tienen mayores dificultades para adaptarse a los cambios, y especialmente a las crisis, y por tanto suelen estar mas lejos de sentirse satisfechos. Al culpar a los demás no tienen poder sobre sus vidas y por eso están mucho mas estresados, es más fácil culpar a los demás pero me quita poder para llevar mi vida hacia donde yo deseo (si la culpa es de los demás son ellos los que dirigen).

Pero el exceso de responsabilidad, el sentirse siempre culpable de lo que hacen los demás también puede ser un problema muy limitante, por eso estoy cien por cien de acuerdo contigo Julieta en cuanto a celebrar un cumpleaños cuando conseguimos liberarnos de esa auto-tiranía. A veces es importante saber diferenciar entre los conflictos de los demás y los míos, separarlos y dejar de cargar con los problemas de otros. Esto es algo que tienen que trabajar los que tienden siempre a culparse y sentirse mal, los que (por casualidad) siempre descubren que la culpa la tienen los demás deberían hacer lo contrario, preguntarse ¿cual es mi parte en esto? 

Hay un dicho entre los psicólogos ante ese mito que dice que las personas que van al psicólogo están locas que dice "al psicólogo nunca van los locos, sino los que sufren a los locos", porque indudablemente los "locos" no son conscientes de ello, una vez eres consciente das los primeros pasos en el camino de resolverlo y eso, aunque a veces sea difícil y doloroso, es un indudable síntoma de salud.

Así que... ¡feliz cumpleaños! 

miércoles, 3 de marzo de 2010

Rosa y el espejo

Como cada mañana tras despertar Rosa se miró en el espejo y, cansada ya de esa mancha en su cara que no dejaba de molestarla, se decidió a limpiarlo con ahínco. Porque esta vez si, esta vez si conseguiría deshacerse de ella, esta vez sería para siempre porque frotaría el espejo tan fuerte que esa mancha de su cara no se atrevería a salir la mañana siguiente.

(Dedicado a Rosa que me regalo la idea)