jueves, 21 de junio de 2012

¿Sabes lo que significa la palabra "respeto"?

- "¡Eso no se lo puedo consentir, me está faltado al respeto!"- gritó Federica tras leer el mensaje, más hacía si misma que teniendo en cuenta la persona con la que estaba compartiendo esos momentos de la tarde, momentos que tantas veces había compartido con su abuela y que ahora compartía con esa única amiga viva que quedaba y que de alguna manera le hacía sentir más cerca de ella. Aunque resultaba evidente que con aquello que había leído en el móvil su abuela había quedado muy lejos de su realidad, tan lejos como la aceptación de aquello que le acababan de transmitir.

- "¿Y cómo te puede faltar a ti al respeto?"- preguntó esa amiga de su abuela de cuyo nombre no lograba acordarse y le daba tanta vergüenza preguntarle. 

- "¡No me puede tratar así, no es justo, con todo lo que yo he hecho por él y todo lo que le he dado!"- contestó defendiendo su postura más que respondiendo a la pregunta que acababan de formularle.

- "¿Federica, sabes lo que significa 'respeto'?"- La pregunta estaba hecha con ese interés ambivalente del que está interesado en lo que el otro va a contestar pero que a la vez sabe cual es la respuesta. Intuía que Federica no podía saber la respuesta, no porque ella fuese capaz de adivinar el futuro sino porque si hubiese sabido lo que significa respeto no estaría tan enfadada, y si estaba tan enfadada es porque no debía saber lo que significaba respeto. El silencio de Federica le animó a seguir hablando.

-"Respeto, proviene de respectus que significa 'atención', 'consideración' y del verbo specio cuyo significado es 'mirar'. Como Re significa 'otra vez' pues respetar significa mirar dos veces, mirar con atención y consideración por una segunda vez. Normalmente nuestra primera mirada suele estar teñida de los juicios de nuestra mente para sentirnos protegidas en cualquier circunstancia, especialmente ante las nuevas o diferentes. Cuando miramos la primera vez ¿Qué vemos? Pues solemos ver la fachada, lo más superficial. ¿Y que vemos en lo más superficial Federica?"

Federica sabía perfectamente que era una pregunta que no buscaba ser respondida sino asegurarse su atención. Y su atención volvía a estar completamente centrada en las palabras de esa anciana que hablaba con una voz tan dulce, tan comprensiva, tan profunda, que hipnotizaba. una voz que surgía desde lo más profundo no desde lo superficial, una voz que estaba cargada de respeto.

- "Lo que solemos ver en nuestra primera mirada son las defensas, las barreras de las personas con las que nos relacionamos"- continuó la anciana. - "Es solo cuando miramos una segunda vez cuando podemos descubrir quién es la persona en realidad. Es cuando miramos más profundo cuando podemos descubrir más allá de las defensas al ser humano que las sostiene, a la persona, a lo que algunos llaman el Ser".

Era difícil saber si Federica estaba más alucinada con el contenido de las palabras de esa anciana de nombre desconocido o con el hecho de que en ese pueblo perdido de Zamora alguien le estuviese dando una lección tan grande. Quizá debería dejar de pensar en ella en términos de una anciana de pueblo, quizá podría empezar a mirar un poquito más profundo y considerarla una sabia. A veces las sabias se encuentran en lugares insospechados, lejos de libros y conferencias, es posible que la mejor escuela sea la vida y por ello sean las personas que han vivido, con todas las letras, las más sabias. Pero no quería que sus pensamientos hiciesen que se perdiese alguno de los detalles que le estaban ofreciendo así volvió su atención hacía aquella sabia que sin necesidad de ser preguntada, hay preguntas que se hacen desde la mirada, continuo.

- "Cuando nacemos, todos somos un Ser puro y perfecto ¿Has visto alguna vez un bebé con maldad? El problema es que nacemos muy vulnerables y dependientes y la vida va golpeando a ese Ser que somos con las necesidades y carencias propias del ser humano. Cuando empezamos a sentir esas carencias aprendemos a defendernos, a poner barreras que protejan esa parte de nosotros tan sensible. En ocasiones esas barreras son adaptativas, contienen y dan seguridad. Pero hay personas que sufren traumas más fuertes, dolores más intensos, que hacen que sus barreras vayan aumentando. Si te fijas, la mayoría de las casas de este pueblo están rodeadas de muros ¿Por qué?"

- "¿Pues porque la gente no se fía y temen que la gente entre en sus propiedades?"

- "Exactamente"- reafirmo la sabia.- "Y cuando un pequeño muro no es suficiente ¿Qué hace la gente?"

- "Pues construye muros más altos"- respondió Federica.

- "Y cuando ni aún así es suficiente pues en lo alto de los muros ponen cristales cortados que tratan de evitar que nadie entre y les robe o les haga daño"- la sabia hizo un silencio, un silencio de esos que preceden a algo importante. Federica respetó ese silencio. -"Pues los seres humanos hacemos lo mismo. Alrededor de nuestro Ser construimos defensas, a veces ciertamente agresivas, llenas de pinchos y claro, cuando alguien se acerca a esas defensas pues lo que siente es el dolor de pincharse con ellas, y ahí se queda, en ese dolor, sin poder traspasarlo para observar que dentro, muy dentro, esa persona es sólo un ser humano con miedos".

- "Ya, pero esos miedos dañan mucho"

- "Sin duda hija mía, pero ese daño tiene más que ver con nuestras propias heridas que con las cosas que los demás hacen".

- "¿A que te refieres?"- preguntó Federica que ya no quería perderse ni un detalle.

- "A que cuando las barreras que cubren nuestro Ser son lo suficientemente flexibles entonces podemos absorber esos pinchos y no nos dañaran. Nuestro Ser no puede ser dañado por ningún pincho, por ningún ataque, la que se siente dañada es nuestra mente cuando interpreta esos hechos como una agresión hacía nosotros. Si en realidad vemos una persona con miedo defendiéndose entonces mágicamente las cosas no nos dañan y somos capaces de mirar al otro con mayor compasión ¿Sabes lo que significa la palabra compasión?".

La cara de sorpresa de Federica provocó en la sabia anciana una sonora carcajada, una carcajada tan libre y sincera que parecía salir de lo más profundo de ella, como si estuviese tan conectada con su propia esencia que todo lo que salía de ella saliese directamente desde lo más profundo de ella. Como leyéndole la mente la sabia añadió:

- "Cuando tú te respetas a ti misma, cuando entras en contacto con lo que realmente eres y no te identificas con aquello que suele ver la mayoría de las personas, que es simplemente tu máscara"- Ahora cada vez que alguien mencionaba la palabra máscara, no podía dejar de recordar su encuentro con aquella persona que le recordó el alto precio que pagamos por las más caras. -"Entonces puedes entrar en contacto con el Ser de luz que eres. Tú, como todas las personas, somos en esencia Luz, por eso los ataques de los demás que vienen de sus sombras no pueden desestabilizarnos, porque quien está en contacto con su luz no teme a la oscuridad. Quien está en contacto con su luz lo único que trata es de aportar esa luz a los demás. Así que igual antes de culpar a otro de no estar respetándote ¿Por qué no te preguntas si tú misma te respetas?"

Y era evidente que si ella se respetaba las palabras de ese mensaje que acababa de recibir no hubiesen tenido el mismo efecto en ella. Ahora, entendía mejor aquellas palabras que le había regalado aquel desconocido en el tren, esas palabras que tanta rabia le habían provocado en su momento y que ahora cobraban un nuevo sentido. Era sorprendente todo lo que le estaba pasando en ese viaje, como si todo tuviese un sentido más profundo de lo que ella podía percibir, como si todo tuviese un orden establecido que escapaba a su control. Pero no quería perderse, no quería dejar pasar esas palabras que acababa de recibir. El objetivo era mirarse más profundo, conocerse más allá de sus defensas, no quedarse en sus pensamientos sino entrar en contacto con el Ser, había oído hablar muchas veces de todo aquello, ahora estaba dispuesta a sumergirse en ello.