lunes, 2 de febrero de 2009

Puente entre orillas



Muchas veces el Puente que nos une con la otra orilla somos nosotros mismos...

Quizá haya que mojarse... Quizá haya que prepararse antes para poder saltar a la otra orilla... Quizá caigamos y no lo consigamos a la primera.... Solo quizá...

Tu decides.

Julieta Paris

Fotografía de Ellen Kooi

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos dias Julieta:

Tus palabras son hermosas y la fotografia transmite tantas cosas!!

Es cierto en nuestra manos esta en decidir si formamos parte del todo o solo vamos a ser meros observadores.

Yo ya he decidido y quiero formar parte del todo aunque resbale, te hagas daño, pero siempre te levantaras y te sentiras orgullosa de haberlo intentado.

Bonita reflexion, Felicidades!!

Anónimo dijo...

Creo que cuando uno consigue llegar ala otra orilla,observas y te das cuenta que tantos remojones han servido para hacerte fuerte y libre.

Avatar Psicólogos dijo...

Sin dudael puente más solido por el que podemos cruzar a la otra orilla somos nosotros mismos pero... es tan difícil renunciar a que otros nos hagan de puente, a que nos junten las orillas, frenen y abran las aguas para que podamos pasar con facilidad, con seguridad...

Parece especialmente importante la primera, todos hemos tenido alguna carencia cuando eramos niños, una etapa en la que merecíamos protección y teniamos el derecho, como niños, a que fuesen otros los que nos hiciesen de puente allí donde aparecían los ríos de aguas turbulentas que debíamos cruzar para seguir con nuestra sana evolución. Cuando por cualquier motivo nadie nos "cruzó" y nos quedamos bloqueados en la orilla, por que en aquel tiempo no teníamos capacidad para cruzar por nosotros mismos, se creo un conflicto en nuestro interior. Esos conflictos ante los que ahora tenemos que hacer escorzos corporales para cruzar por nosotros mismos.

Pero muchos se resisten a hacer por sí mismos algo que otro, un adulto, debería haber hecho por ellos. Y ahí están, con su miedo, su rabieta, su tristeza, su frustración e impotencia esperando a que llegue un adulto y les tienda los puentes, sin darse cuenta de que, si se asomasen a las aguas del río éstas les devolverían la imagen de eso que tanto esperan, un adulto.

Pero que difícil es renunciar a aquello que merecíamos, que difícil es renunciar a seguir siendo un niño... cuando nos queda algo por cerrar, cuando nos quedan aguas que cruzar...

Antonio

el piano huérfano dijo...

"Pero que difícil es renunciar a aquello que merecíamos" -
Esta es mi rabía, porque reunuciar a aquello que me lo merecia como todos!!!!!!!

Avatar Psicólogos dijo...

Lo que quiero transmitir es que, en realidad, los recursos para conseguir aquello que deseamos los tenemos dentro de nosotros mismos..

Nadie dice que sea fácil.. nadie dice que sea algo que consigamos sin esfuerzo... aunque al mismo tiempo, y salvando esa ayuda que nos orienta en ocasiones, es muy gratificante darte cuenta que pasaste al "otro lado" del río, del barranco, del conflicto.. o de la fisura, solamente contando contigo mismo.

Cada uno engancha con aquello que le toca... así Mod decide avanzar, formar parte del todo... convertirse en un ser activo y no en uno pasivo.. que quizás en ocasiones disfrute del paisaje, pero que no lo vive. Enhorabuena, por esa decisión...

Anónimo ha captado la parte del mensaje que personalmente a mí también me toca, que puede enganchar con Piano... y es que al final te das cuenta de que el esfuerzo valió la pena...
Piano, a pesar de tu grito por aquello que no tuviste... las carencias (Como dice Antonio) nos construyen tanto como las presencias (si no, mira las catedrales góticas, donde el vano predomina sobre el muro...y lo magníficas que son... )El pasado no se puede cambiar.. pero lo que tu hagas a partir de ahora, cambia tu futuro... Ahí debemos mirar todos. No a lo que no fuimos, si no a lo que podemos ser. Esas son las orillas existenciales.

Julieta

Anónimo dijo...

Es verdad que en nosotros está el conseguir las cosas,y muchas veces al llegar despues de mucho esfuerzo nos damos cuenta que no es nuestra orilla, y volvemos a empeza, pero mientras luchamos por llegar, nos mantenemos en vida

Anónimo dijo...

Buenos dias Julieta:

Muchas gracias por tus palabras.

Has dado en el clavo, a veces si es cierto que siento que no disfruto de lo que me ofrece la vida, no es que no lo aprecie, pero no me detengo a deleitarme.

Pero desde pequeña tengo la sensación que no hay tiempo para nada y que todo se va a acabar y hay tantas cosas por hacer o vivir!!

Quizas tenga que retroceder y pensar que tanta prisa tengo y que consigo asi..

Saludos

Anónimo dijo...

Hace unos días vi esta fotografía, no sé si bien o mal, pero entonces hubiera escrito un comentario demoledor, triste, hubiera dicho que ese cuerpo humano curvado, mirando hacía el cielo, apoyando cabeza, manos y píes en las laderas junto al río, no era para mí, que yo nunca conseguiría curvar mi cuerpo de esa manera,que estaba rígido, que había crecido como un árbol al que le ponen una guía, tenso, tirando hacía el cielo,sin doblarse ni doblegarse ante nada,ni mirar para abajo, porque le asustaban los barrancos, los pozos, hondos y negros, que no conseguiría cruzar de orilla a orilla, que me caería en el intento, que no tendría fuerzas para ello, en fin, un desastre de tristeza y de dolor, como una herida que se cura,pero que nunca cicatriza.
Hoy mi comentario es distinto, me alegro de no haberlo hecho hace unos días, me siento libre, mis alas quieren volar más allá de las nubes, mi alma está lígera como una brisa suave, y mi corazón fuerte, como un gladiador de la antigua Roma, mi cuerpo flexible, puedo hacer ese puente con mis extremidades apoyada en las laderas de ese río, ofreciéndolo a todos lo que quieran cruzarlo, y, finalmente, cuándo no queda nadie a quien ayudar, doblar yo mi cuerpo totalmente, y cruzar el río, uniendo extremidades, pero sin ayuda de nadie, me siento fuerte, autonóma, presiento que no me caeré, que conseguiré mis fines, aunque aún me queda camino por andar, un largo camino, que espero que por fin me lléve a la Ciudad de Nunca Jamás, dónde todo es felicidad, alegria, con una mesa llena de manjares, que comeré con alegría y con apetito, con todos los habitantes de esa ciudad, pero no con platos vacíos y ficticios, sino con platos llenos que sacien mi cuerpo y mi alma.
Observo la fotografía, ahora sí déscubro su belleza, al fondo el cielo azul grisáceo, un bello cuerpo doblado mirando hacía el cielo, como pidiendo ayuda para superar sus tristezas y cruzar con éxito el río, ese río que lo separa de la otra orilla, de la orilla de la felicidad bien merecida, después de los malos tiempos pasado, observar no es bueno, más vale vivir que observar, la frase olvidada de mi colección de frases seleccionadas, y es verdad, más vale vivir el día a día, disfrutar cada mínuto de la vida, no sabemos dónde está nuestro final, pero si gozamos del día a día, de cada mínuto y de cada segundo de nuestra vida, ese final llegará tranquilo, no nos pillará de sorpresa, estaremos esperándolo sabiendo que, al fin, hemos echo de nuestra vída un vergel de flores, de alegría, y de satisfacciones con nuestros seres queridos, que son, los que al fin y al cabo, ímportan dentro de nuestros corazones.
Ahora que siento este descanso,esta alegría de vivir, de compartir, aunque de momento me niego un poco a recibir, porque creo que soy autosuficiente para resolver mis problemas y consolarme en mis penas y mis dolores, estoy dispuesta a empezar a escribrir en mi blog, PENSAMIENTOS Y VIVENCIAS, no quería trasmitir tristeza en mis pensamientos ni en mis vivencias,que comentaré las cosas de este pueblo, de este querido pueblo donde he tenido la suerte de nacer hace unos cuantos años, bastantes, y que ha sido esquilmado, vilipendiado y destrozado por políticos de dudosa reputación, venidos de todas partes de España, me duele esto, me llega hasta el alma, AMO ANDALUCÍA, A MI PUEBLO, A SUS MARES,A SU CIELO AZUL Y A ESE NOMBRE QUE LE PUSIERON LOS REYES CATÓLICOS AL VER SU MAR Y SU CIELO AZUL, MAR-BELLA, BELLA PARA ELLOS, ACIERTO DE NOMBRE, Y PARA NOSOTROS AYER, HOY Y MAÑANA, MARBELLA, BELLO NOMBRE PARA ESTE PUEBLO, FUE UN REGALO DE ESTOS REYES QUE TODOS SUS LUGAREÑOS, A TRAVÉS DE LOS SIGLOS QUE HAN PASADO DESDE EL MISMO, HEMOS ACOGIDO CON AGRADECIMIENTO Y ALEGRÍA.

Anónimo dijo...

Mi cuerpo está cansado de curvarse para cruzar a la otra orilla, pero podré dar el salto magistral, el salto que me lleve al otro lado, al lado de la felicidad y del amor compartido, miro hacia el cielo, veo las nubes, me dan ganas de volar sobre ellas, de tener alas que me ayuden a subir, desde arriba se ve todo mejor, más limpio, nuestra alma lo percibe, y se expande como una luz, un rayo que llega al suelo, desde arriba, fuerte, como una lanza.
El rio nos deja pasar, sus aguas nos acarician, su cauce nos invita a adelantar, y nosotros, seguiremos ese cauce, hasta que nos lleve a la plena felicidad.

Avatar Psicólogos dijo...

Tu cuerpo estará cansada Demofila, lo entiendo, pero esas alas que llevas te podrán permitir volar muy alto y cuando dejes de pelear y te concentres en el poder de esas alas serás libre, disfrutarás del cielo y de la tierra y, lo que es más importante, de ti misma.

Anónimo dijo...

Estoy en una orilla del rio, la vida me sigue imponiendo el camino, no sé si podré cruzar a la otra orilla.
Vuelvo de un corto viaje, corto y obligado, mi cuerpo se resiste a otro dolor, mi alma llora de tristeza, y mi coracón se lamenta.
Estoy cansada de estos viajes, no deseados, impuestos, yo no busco el dolor ni la tristeza, me vienen solos, sin llamarlos, sin quererlos y sin desearlos.
Es verdad, estoy muy cansada, la vida no me deja descansar, mi camino es duro, díficil, espinoso y doloroso; no me deja reponerme, se va un problema y viene otro.
¿Cuándo acabará esta cadena de problemas?. Yo no los busco, me surgen enmedio del camino, me impiden avanzar, me frenan en la recuperación de mi cuerpo y de mi alma.
Sigo cansada, temo no poder levantar nuevamente mi vuelo, había llegado bastante alto, pero el peso de mis alas se ha duplicado, mi espalda no soporta las cargas de la vida, la vida no me ayuda, al contrario, me lleva al dolor.
Estoy agotada de anto dolor. Mi alma esta saturada de dolor, y mi corazón llora de pena, al ver de nuevo el camino, no buscado, impuesto, yo no busco el dolor, el dolor me busca a mi, y, al parecer, siempre me encuentra.