miércoles, 30 de enero de 2008

Feliz día de la paz

El último día en el blog escribí la historia de una guerrera, hoy es el día mundial de la paz y quería felicitaros e invitaros a hacer algo por la paz hoy. Quizá puedes dejar por un instante esa pelea que tienes contra ti mismo/a, o quizá trabajar un poco más en la tolerancia hacía los demás. Es posible que nuestro poder para llevar la paz a todo el mundo (teniendo en cuenta que dudo que lean este blog las misses de EE.UU.) sea muy reducido, pero tenemos un poder absoluto para llevar la paz a nuestra vida. Se que es una tarea ardua y difícil, que estamos tan acostumbrados a ese juez implacable que todos llevamos dentro que se hace muy difícil hacerlo callar. Pero os propongo que durante un día, sólo un día, hagamos el propósito de no juzgar, simplemente de comprender, de entender que las personas más agresivas (incluidos nosotros mismos) son siempre las más inseguras, que ningún animal en el planeta se pone agresivo si no tiene miedo o se siente amenazado, así que... ¿por qué no cuidar a esas personas que se defienden desde su bordería, malos modos o agresividad? al fin y al cabo son las que más lo necesitan ¿no? Está claro que también es importante ponerles límites pero... ¿podemos hacerlo desde la comprensión, desde el cariño?

Como un juego, simplemente para observar a ver que pasa, luego, si no hay beneficios siempre podemos volver a lo de siempre y protegernos volviendo a darle todo el poder a nuestro juez (si eso nos hace sentir más seguros).

¡Qué tengáis mucha suerte!

Antonio

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que nuestro juez, ese juez del que hablas en tu blog, se ha ido de juelga anticipadamente, sin establecer servicios mínimos. Hablamos de ayudar a esas personas que, por su inseguridad, se muestran bordes o mal educadas y agresivas. Yo he sido, soy y, supongo, que seguiré siendo agresiva, no encajo los malos modos, los abusos, los retos y muchas otras cosas que ataquen a mi integridad. Eso es lo que nos queda en la vida y nos hace sentir fuertes, casi insensibles, la integridad y la dignidad, que siempre tenemos que llevar por delante con la cabeza muy alta, por haber conseguido mantenerla toda o casi toda la vida.
¿Cómo se aguantan los malos modos y la groseria de un superior en nuestro trabajo? ¿una defenestración sin motivo?. Tengo compañeros que en la actualidad lo están sufriendo, sufriendo traslados improcedentes, órdenes que le obligan a asumir responsabilidades que no le compiten y que son verdaderamente, marrones, marrones que quieren eludir los de arriba y endosar a los de abajo, todos sabemos que la cuerda se rompe siempre por la parte más floja. Esto hay que defender lo con agresividad, con ataques. Sí, ayudemos a los demás, pero no a esos que dicen que son inseguros y atacan a los más debiles, que ponen su zarpa sobre la parte más floja de la cuerda para que se rompa y no les llegue, que no les afecte, se sacuden y esparcen su responsabilidad a otros aún más debiles, que no se puden defender.
Si éstas son las personas a las que tenemos que ayudar, discrepo, y la mayoría de las personas que atacan por su inseguridad, lo hacen con agresividad, con ganas de hacer daño, aunque dañen tu reputación, y la reputación, una vez dañada, es muy díficil de restaurar a su estado primitivo
También hay pesonas debiles que atacan en su defensa, pero también hacen daño, a éstas, si realmente son debiles y nos damos cuenta de ello, habría que ayudarlas, pero con mucha cautela, quizás sea un débil encubierto, un débil que hace daño, a nosotros y a nuestra reputación.
Antes de ayudar, comprobar, si el débil es verdaderamente débil, y su intención es parapetarse en su miedo, o si es un débil fuerte, que con su agresividad no pueda dejar fuera de juego.
No es lo mismo débil que prepotente, y de éstos, desgraciadamente, hay muchos.