lunes, 14 de enero de 2013

Divertirse, volverse loco, disfrutar... con equilibrio.

Comparto con vosotros/as hoy un video que he visto por casualidad hoy en internet. Es una canción en directo de un grupo que se llama "30 seconds to mars" y el cantante Jared Leto da una auténtica lección de liderazgo. Pero antes de seguir comentando os dejo el enlace para ver el video:

http://www.youtube.com/watch?v=F5WL1MhgqBk&list=PLBC5C37AA248FD2A9


Como habréis podido comprobar la canción no es muy relajada, el cantante comparte con el público, estimula, pide a la gente que griten, se tira sobre el público, un auténtico momento de descontrol, locura, diversión... pero lo que quiero señalar aquí es lo que ocurre en el minuto 4:11.

En mitad de la parte más potente y desenfrenada de la canción para el concierto porque observa que hay gente que se ha caído. Para y dice (traducido al español):

"Todo el mundo, parar un momento, espera, levantar al otro (levantaos unos a otros), alguien está abajo, levantadle, girar y levantadles... De repente todo el mundo se ha vuelto loco aquí... girad y levantar a alguien, todo el mundo que levante a alguien, si hay gente debajo de vosotros levantadla... espera (le dice a alguno que supongo le pide que siga cantando) ¿Esta todo el mundo bien? Todo el mundo ahí atrás echaos hacía atrás un poco, ir hacía atrás, ir hacía atrás... ¿Está todo el mundo bien? Nadie pisando a alguien ¿no? No hay nadie caído ¿no? ¿Hay uno? Ok espera. Por favor calla un segundo (le dice a alguien del público) hasta que arreglemos esto..."- Vuelve a preguntar-  "¿Ok?" - y como parece que todo está bien le dice a la que ha mandado callar - "Ahora puedes gritar" - Vuelve a preguntar "¿Está todo el mundo bien?" y ya volviendo a encender al público empieza a preguntar a derecha e izquierda si esta todo el mundo bien para continuar con la canción.

Lo que me ha sorprendido es como se puede combinar esa pasión por hacer a la gente vibrar, soltarse, expresarse, gritar, bailar, descontrolar y a la vez mantener la serenidad para parar y, con gran educación y aplomo, manejar la situación que se podía estar tornando peligrosa para parte del público.

¿Podríamos en nuestras vidas combinar ese equilibrio para descontrolar en los momentos adecuados y controlar en los que se precisa el control? Ya hablábamos hace tiempo sobre este tema en los post "Controlar lo incontrolable" y "Controlar lo controlable". ¿Podríamos permitirnos la pasión y la locura y a la vez mantener la serenidad y el enfoque cuando la situación lo precise?

Sin duda la salud y la felicidad tienen mucho que ver con utilizar cada emoción a tiempo, sin reprimir ninguna y sin ser dominados por ninguna, saber elegir cual utilizar en el momento preciso y disfrutar de todas ellas.


2 comentarios:

Unknown dijo...

GRACIAS!!!!!!!

Luis Recuenco dijo...

Pero cuando a los consumidores de la cultura del descontrol se les pide que se controlen se encuentrn con una aparente contradicción que solo puede ser resuelta por un experto en inteligencia emocional. Cualquier otra persona fracasaría y provocaría tal vez un caos.

Un saludo.