martes, 3 de marzo de 2009

Vida, muerte y vida eterna




La vida es continua evolución, cambio, un dinamismo en el que la vida y la muerte están siempre dándose la mano en un relevo permanente entre las dos. Cualquier intento por impedir este proceso y aferrarnos a la vida tratando de evitar la muerte produce justo el efecto contrario, la vida se llena de muerte y aquí se estanca.

Igual que un árbol ha de desprenderse de su fruta madura para crear vida, renaciendo nueva fruta dentro creando una nueva vida fuera, nosotros tenemos que dejar ir aquellas cosas que han llegado a su fin en nuestra vida, aprender a soltar, aprender a morir, es la única manera de poder vivir. Pero en ocasiones es muy difícil desprendernos de aquello que un día nos hizo felices y tratamos de aferrarnos a personas, experiencias o vivencias por el miedo a vivir sin ellas, cuando la realidad es que si no las soltamos morimos con ellas. Si el árbol que no permite que la fruta madura se desprenda y caiga al suelo ésta se pudrirá. Así el árbol se desprende de aquello que un día fue hermoso para comenzar en ese mismo instante a crear una nueva y nada se pierde, porque la nueva semilla contiene toda la información de su experiencia anterior, la nueva vida que renace es consecuencia directa de la anterior igual que cuando nosotros dejamos ir aquello que ya no es los momentos vividos quedan grabados en nuestro interior y constituyen la esencia de lo nuevo que somos a partir de ahí.

Sin duda el proceso es difícil, hay un momento en el que la semilla se encuentra bajo tierra donde todo es oscuro, frío, y parece que se perdió la luz de antaño. Pero si se cuida y se alimenta en ese momento delicado una nueva vida brotará abriéndose paso hacía la luz pudiendo disfrutar de nuevo de un sol cuyo calor a la fruta madura tan solo la empuja hacía la putrefacción.

Dejémonos pues caer, abrámonos al cambio, a la evolución de la vida, dejemos que mueran aquellas cosas en nuestra vida que ya han cumplido su función para, con la experiencia acumulada, dejarnos renacer como discípulos a un nuevo aprendizaje, a una nueva luz, a una nueva vida que ciclo a ciclo será eterna... ¿que hay entonces que temer?

20 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo has vuelto a hacer. Te has vuelto a superar.
"Abrirse al cambio, a la evolución de la vida..."
La muerte es eso, un cambio. Y no un final.

Muy bueno.

reencontrandome dijo...

Entiendo que hablas de las pequeñas muertes que tenemos en esta vida.Del famoso SUFRI -MIENTO que no nos deja elavorar el duelo ? De que, hilando con el post anterior , uno pueda creer que no tiene luz porque está en proceso de crecimiento , o de nacimiento ,donde todo es oscuro como dices y parece que se perdió la luz de antes? Que es cuestion de soltar, de dejar que suceda, y cuidar-se con ternura para volver a ver la luz del crecimiento? Como criar a un recien nacido,sabiendo de sus limitaciones actuales pero de todo su potencial y se pacientes y afectivos .DEJARLO SER.. dejarlo evolucionar??Sería asi un proceso de renacimiento?

MICHEL dijo...

Ay, Antonio, qué lástima la cantidad de gente que no lee estas cosas ni sabe vivir. Espero, que, al menos, los que te leemos ayudemos a los demás a intentar ver la vida de otra manera. Gracias otra vez. Michel HCS.

Avatar Psicólogos dijo...

Gracias Tot, sin duda que en mis palabras se deja ver parte de tu influencia de los últimos años, por no hablar de la sincronicidad de nuestros blogs...

Reencontrandome, transforma tus preguntas en afirmaciones porque, como siempre, has entendido a la perfección lo que quería transmitir. Espero que estés dejándote SER que yo creo que ya es tiempo de que disfrutes de tu luz.

Gracias Michel, se que tú cada día cuidas de que el día de los demás sea mejor, me leas o no, eres fuente de luz para la gente que se cruza contigo lo sé por experiencia propia. Un abrazo

Anónimo dijo...

Temo no ver el fin del ciclo, quedarme hundida en el, no ser capaz de regenerarme, de reinventarme otra vez.

Anónimo dijo...

Hay que mirar la foto, hay que mirar el árbol, con sus ramas extendidas hacia el cielo, dejando pasar un halo de luz, fuerte y hermoso, entre ellas.
Yo quiero ser fruto de ese árbol, pero que no me deje caer, que siempre esté renaciendo, madurando muy lentamente, quiero absorber la luz que desprende por entre sus ramas, quiero que me llene, que llegue a mi alma y mi corazón, y que yo, uniéndola a la mia, pueda expándirla entre los demás, que llegue al mundo y al universo, que lo ilumine todo, sin quemarlo, sino suavemente, casi como una caricia, que dé la vueta al universo, y en esa vuelta, lleve su luz a todo el que la quiera recibir.
No quiero ser semilla, no me gusta la oscuridad, me gusta la luz, el amanecer y el atardecer, que en la foto parece que apaga el verde del valle, pero se intuye su belleza, para andar con los pies descalzos, acariciándose con la hierba, Quiero andar así, por la hierba y por la fina arena del mar.
Creo que la foto lo dice todo, las ramas sin frutos, todas maduras, muriendo, esperando nuevos frutos para hacer renacer las anteriores, me gustaría nacer y morir cada día en este árbol maravilloso, esplendoroso, lleno de vida y de luz, y bañarme en sus rayos, así, creo, que no moriré nunca, al menos en el corazón de los demás.

Anónimo dijo...

MC. si tienes la ayuda que yo he tenido serás cápaz de reinventarte y de llegar al final del ciclo, nuestro búho es capaz de todo, daría la vida por ti, si hiciera falta, y si él lo quiere, podíamos llegar a conocernos y ayudarnos unos a otros, para levantarnos juntos y renacer cada día, como la fruta del árbol, sería el renacimiento de nuestras almas y nuestros corazones.
Yo he estado mucho tiempo en la oscuridad, en una oscuridad extrema, sumida en fuertes dolores, por todo el cuerpo, no me dejaban dormir ni descansar, comencé a recibir una ayuda valiosisima, más valiosa que el oro, y he ido resurgiendo de mi oscuridad y de mis cenizas, sacando a flote, poco a poco, todo el cuerpo; he tardado en ver la luz, pero la he visto luminosa, brillante, y me ha llenado por dentro y por fuera, y ahora la trasmito a todo mi alrededor.
Ánimo, estás en muy buenas manos, seguro que te ayuda con todas sus fuerzas, como ha hecho con todos los que escribimos en este maravilloso blog, que nos da la oportunidad de conocernos, aún sin conocernos realmente, intercambiando nuestros sentires y nuestros sentimientos más hondos, y con eso nos relacionamos y nos ayudamos unos a otros a ver la luz que sale de ese árbol, a absoberla y a trasmitirla.
Cuenta con mi apoyo y mi ayuda, si hiciera falta, y supongo que con la ayuda de todos los que visitamos este blog, para ver los maravillosos temas que nos hacen para urgar en nuestro interios y sacar de nosotros lo más íntimo de nuestros sentimientos.

Anónimo dijo...

No, no tengo miedo a la muerte, es el final de un buen comienzo,
tengo miedo a las curvas de la vida, a no poder superarlas, pero la muerte nace con nosotros, larga o corta la espera, en cualquier rincon nos espera, pero la vida, da golpes muy bajos....

Anónimo dijo...

ANÓNIMO, en las curvas se cambia de marcha y así no derrapas, eso lo sabes hacer en la carretera, con tu coche, hazlo en la vida, la mía tuvo muchisssimas curvas, más de las que yo querría que hubieran habido, pero ellas me hicieron fuerte, me prepararon para ser luchadora y al mismo tiempo temperamental.
Miedo a la muerte, ninguno, tiene que llegar, que llegue cuándo quiera, sólo tenemos que estar preparados para acogerla, como si fuera un angel, el angel de la muerte, pero con una imagen bella y luminosa, su luz nos dará paz y, con ella, nos reflejaremos en los demás, para que no les falte nuestro recuerdo y nuestro amor, nunca.

Anónimo dijo...

Gracias, Demófila, has iluminado mi día...

Anónimo dijo...

Hoy, cuándo pasaba el desfile de carrozas de cárnaval por la Avda. Ricardo Soriano, lo he visto desde la ventana de mi salón, y al pasar una carroza, con una música con mucha marcha, he bailado con mi perro, una dalmata preciosa, que se llama Zoe.
Ella ha saltado conmigo, se ha puesto en posición de lucha, y hemos dado vuelta como danzando en un salón de un maravilloso Palacio Real, con nuestros trajes de baile, el suyo de lunares negros, muy bonito, como ella, mi perra, la quiero y me quiere, ella me mira como interrogando cuándo me ve mal, incluso enfermó cuándo pase la peor de mis crisis, tuvimos que sacarla de casa un mes, pero volvió plena de vida, y no me deja ni a sol ni a sombra.
Con ella me siento renacer, tengo ganas de brincar, de saltar y de correr por la orilla de la playa, si pudiera me iría con ella a correr con los píes descalzos, acariándose con el agua, con el ir y venir de la olas, que te besan suavamente los píes, mientras andas y corres, con la perrita al lado, también corriendo y saltando.
Ella me hace sentir, cuándo araña la puerta del dormitorio para que la deje entrar, como si no pudiera estar lejos de mí, la quiero y se deja querer, y me consuela en los peores momentos y se alegra conmigo en los buenos momentos, que ahora son muchos, lo pasado pasado ésta, miraré para adelante con mi Zoe, y mi Rey, cabalgando los tres por la vida, por senderos plenos de flores, y el rumor del rio acariando nunestros oidos.

loose dijo...

Abrirnos a los cambios, a no permanecer anclados al pasado, a lo único que hemos conocido por temor a no ser capaces de afrontarlos.
El sufrimiento jamás se desprenderá de nosotros si sucumbimos a sus falsas plegarias, a sus antojos y descaro.

Abrir los ojos y levantarnos de ese rinconcito en el que nos hallamos, hipnotizados, mirando las sombras que proyecta el fuego del miedo en las paredes, bajando la vista al suelo empedrado, obligándonos a no mirar a otro lado por si vemos la puerta entreabierta y querramos salir a la luz del día, a respirar aire fresco, a percibir el mundo, a salir corriendo, a escapar de las cadenas a las que durante tanto tiempo hemos estado presos pensando que era la mejor forma de estar atentos, de encontrarnos preparados a la hora de frenarnos ante cualquier acontecimiento que en nuestro interior se estuviera desatando, pidiendo ser rescatado del fuego del miedo, del dolor y del sufrimiento.

Todos los que hemos dado el gran paso de mirar hacia nuestros adentros y levantarnos súbitamente dando un paso hacia delante, hacia la luz, hacia la realidad, hacia una visión más verdadera de las cosas que nos rodean, de nuestro camino, que no es más que nuestra vida, lo que realmente queremos vivir en nuestro paso por este mundo, aceptando el pasado, dejando morir aquello a lo que alguna vez nos aferramos, pero que ya no nos aporta nada mas que ese sufri-miento que nos recordaba Reencontrándome, que nos impide ver esa luz. Una luz que es "productora de verdad y conocimiento". Esencia de nuestro Ser, que dará paso al crecimiento del aprendizaje, de todas las experiencias que debemos dejar que pasen, que mueran, que vivan eternamente en nuestro RECUERDO, asimilando, aceptando, nunca intentando retenerlas en un rinconcito para que no nos vuelva a hacer daño, porque así estamos haciendo todo lo contrario. Hay que dejar que fluya, sentirlas y separar la enseñanza de lo que nos daña, de lo malo.

Todos los que hemos dado ese pequeño gran paso, nos hemos dado la oportunidad de vivir, morir y renacer y reinventarnos, como dice alguien en un comentario.

Todos los que aquí nos hallamos, todos tenemos ante nuestros ojos la hoja de nuestra vida, un papel en blanco. Empecemos a escribir pues, lo que realmente nos haga sentir libres, desvinculándonos de todo aquello que nos provoque dolor, poco a poco, sin prisas. Sin tachones, sin pasar de hoja sin haber ecrito nada antes, sin dejar que el papel se deteriore. Si hay algo que estoy aprendiendo con todo esto es a tener paciencia, a saber esperar, si ayer no escribí nada, es porque no estaba preparada, si hoy no escribes nada, no te asustes, no pasa nada, espera a mañana, tal vez hoy tu alma no se encuentre preparada, dale tiempo, que todo pasa, que todo llega. La vida, la muerte y la vida eterna......

Un abrazo a todos.

Anónimo dijo...

Buenas noches a todos.

El post es precioso, Antonio. Felicidades!!

Es cierto que hay que desprenderse de lo que ya no nos sirve, pero es tan dificil y tan doloroso...

Es tan triste dejar de lado, algo o alguien que lo ha sido todo para ti, por el que has dado todo o le hubieras dado todo. Pero también sé que lo que hoy es tristeza, mañana será nostalgia y dentro de un tiempo un recuerdo y es entonces cuando te das cuenta que has renacido para ser mejor y vivir una vida mejor, con mejores experiencias puesto que has aprendido de las ya vividas.

Un saludo para todos.

Anónimo dijo...

Una vez deseé tanto terminar definitivamente con mi ciclo vital que casi estuve a punto de conseguirlo. De eso hace ya muchos años y por suerte esa experiencia me sirvió para aprender que hay que eliminar la fruta podrida que te rodea si no quieres que te pudra también a ti, como a mí me ocurrió entonces. El problema es que a veces no reconozco a mi propia fruta podrida o a la que me rodea y me invade. Entonces es cuando vienen los problemas y la confusión vital. Ahora estoy intentando eliminar esa fruta podrida que hay tanto dentro de mi como en mi entorno, pero me da miedo, mucho miedo comenzar este nuevo ciclo en el que sólo veo oscuridad.

Anónimo dijo...

Buenos dias:

Tienes razon, MC, es complicado saber diferenciar cuál es la fruta podrida, porque siempre tienes el temor de equivocarte y perder definitivamente algo que ha sido parte de ti. Es muy duro!!

Pero lo bueno es que si nos equivocamos aprendemos de nuestros errores y asi lo que hoy parece una derrota mañana puede ser una victoria. Por lo que, amiga mia, no nos queda de otra que seguir adelante, arriesgarnos a vivir la vida con todo lo que nos ofrece y aprender de ello.

un saludo,

Anónimo dijo...

El árbol se está muriendo, sus hojas se están tornando amarillentas, parece que llega el otoño, no hay flores en el árbol, el otoño quiere vencer a la primavera y quitarnos una estación plena de luz por otra llena de sobras y tinieblas.
Hace días que no enciendo el ordenador, no quiero internet sin este blog, me siento abandonada, parece que me están tirando del caballo, aunque yo no quiera, me resisto, pero las fuerzas no me llegan.
No encuentro a Doc, no escucho a Viky, no me gustas ni Merlín ni Sombra, no me han impactado, este libro no me ha hecho llorar, daré gracias a la vida y, cuándo acabe, veré cómo ha llegado hasta mi corazón.
Me siendo triste, abandonada, me falta algo, en mi alma y en mi corazón, tengo un hueco que no se llena con nada, ahora un poco con la lectura profunda, que llega al alma, que te hace llorar y te hace reir, que te duele y te consuela, que levanta tu ánimo y luego lo tira por el suelo, necesito más libros de profundos, que me lleguen al alma y hagan fuerte mi corazón.
Espero que Doc esté en un camino liso, con flores a los dos lados, sin guijarros, y que a su vuelta nos dé toda la fuerza que nos ha dejado de dar en estos días, yo lo voy a necesitar, necesitaré ayuda para salir de este pequeño camino que me he encontrado con guijarros, pequeños, pero punzantes y dolorosos, que me hieren los píes, y no me lo acarician como la fina arena del mar, por la que me gustaría andar por el resto de mi vida.

Avatar Psicólogos dijo...

Hay veces en los que sobreviene el miedo y nos invade. El miedo a fallar, el miedo a las curvas, a la oscuridad, a la carencia, a no tener lo que deseamos, el miedo...

Hay veces que nos olvidamos que no podemos perder, que la vida no nos pone nunca un problema que no sepamos resolver, que transitamos por este mundo para aprender, para desarrollarnos y todo aquello de lo que huyamos, que evitemos, volverá una y otra vez a nosotros para que tengamos la oportunidad de resolverlo. Y no es que la vida nos lo ponga delante, es que nosotros lo atraemos, lo construimos, porque hay una parte sabia dentro de cada uno que sabe que solo traspasando la oscuridad llegaremos a manifestar libres lo que tenemos más dentro, una luz infinita.

Mucha suerte a cada uno de nosotros con nuestros caminos particulares de luz y sombras, para que con cada paso, por duro que sea, nos acerquemos más a esa luz que un día, cuando hayamos terminado el camino en este planeta estará ahí plena para que nos fundamos con ella.

Anónimo dijo...

Creo que la luz no se apaga nunca, como mucho se relentiza, la mía ahora se está relentizando un poco, pero seguro que volverá a lucir con toda su luminosidad.
Yo creo que nosotros apagamos y encedemos nuestras luces con nuestra voluntad.

Alejandro Melo Florian dijo...

La muerte es uno de los pasos de transformación en el espectro o continuum de lo que es la conciencia.

http://knol.google.com/k/alejandro-melo-florián/43-el-espectro-de-la-conciencia/3sktw3ldc86j2/122

Alejandro Melo Florian dijo...

Estimados señores:

Me gustó mucho la foto que aparece en su blog, solicito su amable autorización para incluirla en el material del enlace:

http://knol.google.com/k/alejandro-melo-florián/43-el-espectro-de-la-conciencia/3sktw3ldc86j2/122

Gracias
Alejandro Melo-Florián M.D.
Especialista en Medicina Interna
Bogotá D.C., Colombia