lunes, 23 de febrero de 2009

Luz al final del túnel



Recuerda que para alguien tú eres la luz al final del túnel


La frase salía en una viñeta en un periódico que recorté y desde entonces está en la puerta de la nevera... Solo así la veo todas y cada una de las mañanas.
Solo así recuerdo no olvidarme de lo que quiero acordarme...

La mente humana parece diseñada para echar de menos lo que no tiene más que para valorar lo que ya tiene... No lo veo del todo mal, pero es muy ingrato.. Digo que no lo veo del todo mal puesto que de algún modo indica que el ser humano no se resigna, pero lo veo muy ingrato cuando en vez de algo que nos mueve la queja, el lamento, nos paraliza.. y ni alcanzamos lo que no tenemos pero tampoco valoramos lo que tenemos.

Engancha esto a la cantidad de veces que nuestro lamento se basa en que somos nosotros los que no vemos la luz al final del túnel, cuando ya somos nosotros la luz para alguien...
¿No es precioso, recordar, que somos nosotros los que evitamos que los demás vayan a ciegas?
¿No es precioso, asumir, que el que yo no perciba mi brillo no significa que para los demás no alumbre?
¿No es precioso, ser conscientes, de que la vida se camina en dos direcciones.... y quien busca un destino, es también un destino en sí mismo?

A mi me lo parece...
Y es por eso que antes de sacar el zumo cada mañana he decidido leer esta frase todos y cada uno de los días...
Y por eso mismo, hoy decido compartirla.

Julieta Paris

13 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que me siento muy bien cada vez que tengo la oportunidad de ayudar a alguien, a veces como me dice quien yo me se es por mi deseo de que me ayuden a mi, pero me reconforta saber que yo puedo ser la luz al final de ese túnel para alguien y devolver eso que otros han hecho por mi.

Gracias por recordarmelo

Anónimo dijo...

Como siempre son preciosas tus palabras.

Sabes estaba pensando que lo que mas me gusta del blog es imaginar como será la gente que escribe en él. Asi mientras venía del trabajo pensaba que debes ser una persona con mucha sensibilidad y sobre todo muy bella tanto por dentro como por fuera.

Felicidades!

Anónimo dijo...

no siento esto
ni me esperan ni espero
y desde luego yo no tengo luz

loose dijo...

En alguna ocasión, alguien me repitió varias veces que yo era un ser de luz...En un principio no lo entendí. Pero conforme fue pasando el tiempo, me dí cuenta de lo que me quiso decir con eso.
Comencé a percibir mi valía, a prestar atención a mi interior y escuchar atentamente qué era lo que me decía. Me contó tantas cosas que ni siquiera yo misma me lo creía. Me obcequé tanto en que yo no podía que volví a sumirme en lo más profundo de mi vida, en la oscuridad a la que había estado acostumbrada durante tanto tiempo a esperar a que volviera de nuevo la luz que iluminara mi camino. Asustada, perdida....

Es una etapa de sufrimiento, de mentiras, pero a la vez, miras alrededor y ves que estás creciendo, que maduras, que eres tú la que irradia tanta claridad, la que ilumina esa negrura. Que toda esa energía proviene de tus adentros aunque al principio necesites ayuda, tomar impulso y "robarle" una poquita de luz a aquel que te sirve de guía, que te tiende su mano y te muestra los pasos que has de seguir para caminar radiante por la vida.
Me está costando mucho, pero me reconozco, me miro al espejo y veo que de mis adentro emana esa luz, una luz templada y brillante.....Una luz tan grande que me estoy pertmitiendo sentir su calorcita.

Anónimo dijo...

Una opinión corta, muy corta, estoy cansada del atareado día de hoy. Me he pasado la mañana correteando de allá para acá. y, como dice Anónimo, me he sentido bien, he ayudado a dos compañeros, una esta mañana, la he ayudado a llegar al lugar que ella quería, dónde estará tranquila. sin nadie que le amargue la vida.
Por lo visto ha sorprendido lo rápido de mi acción y mi ayuda, ella misma se sorprendió cuándo la llamé para su breve viaje a su nuevo destino, pero ya esta bien, tranquila, sin nadie que la agobie.
Lo más bonito, lo que más me ha llenado, ha sido su llamada después del trabajo, con esa alegría y esas risas, cotenta, feliz, con todo el cariño del mundo, que quizás yo ni merezca, pero me llena ayudar a los demás, lo hago, y seguiré haciéndolo, contra todos los políticos, que nos hacen la vida imposible cuándo quieren, pero hay que saber pararlos, ponerles el muro delante y que se estrellen contra él.
Voy a seguir la ruta que me he marcado, mañana mismo, vispera de mi operación, no descansaré hasta llegar al final de le lucha para estos compañeros que me necesitan, nunca me he sentido más útil y más querida, más válida y más apreciada, y yo agradecida a la vida que me está dando la oportunidad de dar a los demás una ayuda que yo nunca recibí, y, precisamente por eso, porque sé que la necesitan, por mi experiencia, desde mi nacimiento hasta que Dios me dió la oportunidad de salir de todo ello, es por lo que lucho contra los muros de la injusticia, de la intolerancia, del mooving, y de todo lo que represente un escarnio para los trabajadores que cumplen con sus deberes y con sus responsabilidades.
Yo he visto la luz al final del tunel, hace algunos años, mi tunel era real, me sentía caer y alejarme de la luz, hasta que desperté en el suelo, sin saber de dónde venía, ahora voy a la luz, pero de otro tunel, esta luz es más radiante, no me alejo de ella, procuro acercarme lo más posible, aunque me queme, es la la luz de la felicidad, del amor, del sentirte grande, comprendida y querida, por todos, por todos los que han recibido tu ayuda y por el mundo, si es que el mundo se deja amar y ayudar.

Avatar Psicólogos dijo...

Es imposible no tener luz, quizá hay veces que tenemos tantas ganas que la luz nos la aporte otro, venga de fuera, nos alimente, que olvidamos que nosotros tenemos nuestra propia llama.

Otras veces nos olvidamos de nuestra llama porque estamos tan pendientes de iluminar a los demás, con la esperanza de que ellos nos iluminen luego a nosotros, que olvidamos que podríamos utilizar nuestra luz para iluminar nuestras vidas. Quizá seguimos teniendo esa creencia de cuando eramos niños que nos dice que solo los demás tienen una luz fuerte para iluminarnos (y con cierta razón porque cuando eramos niños nuestra luz era pequeñita).

Todos somos seres de luz, algunas personas con más facilidad para expresar su luz, otras con algunas capas de suciedad que atenuan la suya, algunas con su luz completamente olvidada. Por eso quizá siendo capaces de recordar que nosotros somos luz para otros podamos acordarnos de que podemos ser luz también para nosotros mismos, solo tenemos que darnos a nosotros lo que nunca le negamos a los demás.

reencontrandome dijo...

Siento desde hace mucho tiempo que no existo.intento comunicarme pero no llego...saludo y ni me miran, pero no porque me ignoren, sino porque NO ME VEN. no me oyen.No me siento luz para otros.Da igual si estoy o no.Creo que hay momentos en la vida en donde no tenemos luz, ni siquiera para sentirnos mejor,porque no somos luz de nadie.Quizá este en mitad del tunel y no pueda verla.Los demas tienen la suya, pero no es justo nutrirse de la luz de otro cuando no se puede devolver la misma energia. Y esas luces toman otros caminos y no vienen a buscarte, las ves alejarse. Y es bueno dejar que sean libres para iluminar lo que deseen y a quienes deseen. Creo no haber sido coherente en el relato.Hoy necesitaba expresarme. Siempre los leo !Abrazos Loose , avatar .Gracias.

Anónimo dijo...

¿No crees, reencontrándome, que, con esta entrada has aportado luz al blog?
Aunque creas que estás en mitad del túnel, cuestionarse el no aprovechar la luz de los demás, no es justo para tí.
La vida es intercambio de ésa luz y,probablemente, muchos se habrán beneficiado de la tuya en algún momento, así que aprovechar la que puedan ofrecerte los demás, pienso que no debe considerarse ninguna osadía, teniendo en cuenta que, probablemente, te la ofrecerán a fondo perdido.

Plagiando a un ser de luz infinita, la luz no está al final del túnel, la luz está en tí.

Un abrazo

el piano huérfano dijo...

Somos seres de luz
solo hay que apretar el boton

Avatar Psicólogos dijo...

Hola de nuevo reencontrandome, se que hay una parte de ti que sabe que este blog ha estado un poco más oscuro desde que tú no estabas. Es bienvenida tu presencia porque, aunque quizá tú no sepas abrir los ojos a tu luz, iluminas.

Rocío, ser de luz infinita que tiende a iluminarlo todo en azul, gracias.

En tu caso piano, no busques un botón, busca unas teclas a ver si un día, por fin, las haces sonar...

Anónimo dijo...

Buenas tardes a todos:

Estoy de acuerdo en que todos somos seres de luz, aunque hay muchas clases de luces, al igual que hay muchas clases de personas.

Ahora de nosotros depende si queremos que sea una luz que solo nos ilumine a nosotros o queremos que sea advertida por todos.

Y pienso una cosa, Anonimo dices que no eres la luz para nadie, eso no es cierto, quizás no seas la luz que tu anhelas porque anhelas el brillo de otra, pero no te subestimes que tu tienes mucha luz que dar. Quizas no has encontrado la manera de hacerla brillar.

Lo mismo pienso de ti reencontrandome, dices que desde hace tiempo no te ven, eso no es posible, eres tu la que no quieres que te vean. Es por ejemplo, tengo una amiga que dice que ella no cae bien y que sin embargo yo caigo bien a todo el mundo, siempre que me lo dice me rio, porque eso no es cierto, lo que pasa que yo soy una persona muy extrovertida, me gusta hablar con todo el mundo y ayudar a la gente,en definitiva soy mas receptiva, ella es mas reservada pero cuando se abre cae hasta mejor yo..., lo que me quiero referir es que para que la gente te vea y te quiera primero te tienes que querer tu y decir aqui estoy yo!! y todo lo demas viene rodado, intentalo y creetelo un poco, ya veras como empiezas a brillar con mucha intensidad.

un saludo a todos.

reencontrandome dijo...

Gracias Rocio y a ti Piano!! Avatar:.Quizá en algún momento me lo crea. hoy me emociona.Y mezclando frases de la misma persona se me ocurre pensar que las capas de miedo , quiza sean las que no me dejan ver esa luz.Y lo que es peor, creo que es pánico.

Anónimo dijo...

Al leer todos vuestros comentarios me he dado cuenta que todos os centrais en la luz que podéis dar y recibir, la luz debe estar en nuestro interior, iluminándonos por dentro y por fuera, de manera que la hagamos llegar a los demás, sin perder su profundidad y su intensidad, entrar en ellos lenta y suavemente, casi sin que se den cuenta, y hacerles llegar nuestra luz, y, si podemos, tomar algo de la de ellos, cambiar las luces que nuestras almas irradian, para sentir cada uno lo que pueda sentir el otro, cruzando nuestros corazones, y amándonos, a nosotros mismos, y así, podremos amar a los demás, mirándonos en su espejo, que no devolverá una imagen distinta, pero radiante y feliz.
REEENCONTRADOME, si no existieras no hubieses escrito tus palabras en este blog, tristes y desgarradoras como fueron mis primeras opiniones, pero yo he conseguido reencontrarme, con una gran y valiosa ayuda, que ha conseguido que, esa luz que nunca tuve, surja de mi alma y me ilumine y a su vez, yo ilumine y ayude a los demás, como estoy haciendo ahora, y me siento plena y útil, todavía con algunos escollos en mi camino, pero que los salvaré, y cuándo salga de ellos, me alegraré con una esplendida sonrisa, que creo embellecerá mi rostro y mi alma, si el rostro es el reflejo del alma, el mio, ahora, es más bello que antes, no está oscuro, ni triste, ni con gestos de dolores, está radiante, esplendido y feliz de ser como es, no perfecto, pero sí feliz y satisfecho de sí mismo.
Tu tiene que tener mucha luz, si escribes así, es porque esa luz aún debe salir al exterior y extenderse hacia el mundo, pero lo vas a conseguir, vas a reencontratarte y a renacer, como lo hice yo, mis circunstancias personales y familiares desde mi niñez no fueron buenas, pero hay que olvidar lo malo, dejar de verlo con una espesa niebla que nuble nustros ojos para ese pasado, pero no para un futuro que se puede presentar esplendoroso y lleno de felicidad, tenemos que renacer en nostros mismos, y alcanzaremos la paz que queremos y la felicidad que anhelamos.