martes, 5 de febrero de 2008

La guerrera II

Ocurrió un día que la guerrera había luchado tanto y tan bien que se quedó sin oponentes. Volvió a su castillo con todas las riquezas que había conseguido con su esfuerzo, su valor y su empeño dispuesta a descansar y disfrutar tranquila de lo logrado.

Pero algo ocurría que no le dejaba dormir, era como si un peligro desconocido estuviera acechando y no le permitiese el merecido descanso, era como si la paz del castillo fuese un peligro tan intenso que no le permitía relajarse ni poder disfrutar de lo hasta ahora logrado. Una voz dentro de ella seguía gritando que había que luchar, así que ante la imposibilidad de dormir y con ese compromiso de luchar contra el abuso, la pobreza y todo tipo de injusticia, se vistió con su mejor armadura, ensillo su más bello corcel y salió al campo de batalla dispuesta a entablar esa que parecía su última batalla.

Pero llegó al campo de batalla y por mucho que fue arriba y abajo, derecha e izquierda, norte y sur o este y oeste no encontraba ningún oponente contra el que luchar. Era tan potente la orden de atacar y tan vacío de enemigos se encontraba el lugar que sin darse cuenta la guerrera empezó a luchar contra si misma. Nunca había encontrado un oponente tan difícil, era como luchar contra un fantasma, cada vez que intentaba sorprender con un golpe un segundo antes su oponente tenía la defensa preparada, cuando intentaba maniobras distractoras su oponente se ponía en tensión una milésima de segundo antes de que ella decidiese lanzar su mejor golpe. Algunas veces notó como llegaba a herirle con su arma, pero curiosamente cuando parecía que más cerca estaba de ganar la batalla más débil y herida se sentía, y cuanto más herida más duros eran sus golpes y más débil y dañada se sentía. Pero, ya se sabe, no era guerrera de rendirse fácilmente así que sacaba nuevas fuerzas para lanzar un golpe y otro y uno más hasta que poco a poco sus fuerzas fueron flaqueando hasta tal punto que llegó a pensar que morir en esa última batalla podía ser un final digno para tan brava guerrera, al fin y al cabo como iba a poder disfrutar de la paz si ni siquiera sabía eso como era. Así, tendida en la arena, cerró los ojos esperando esa muerte con la que siempre había caminado y que siempre había sido considerada fiel compañera.

Fue en ese momento, en el preciso momento en el que se rindió, en el que dejó de luchar contra enemigos, fantasmas y hasta contra sí misma, cuando sintió por un instante la caricia del viento en su cara, y sin abrir los ojos, rendida completamente, pudo sentir como una esponja de agua templada limpiaba sus heridas, que escocían, pero era un dolor diferente a cualquiera que hubiese sentido antes, era un dolor calido, un dolor que no había sentido antes pero que una parte de ella consideraba que no debía ser desdeñado. Ahí empezó otra lucha, levantarse y ver que ocurría o dejarse hacer vulnerable por primera vez desde aquel lejano día en el que fue abandonada en mitad de un campo de batalla. Y en esa lucha estaba, una parte de ella deseando inmovilizar aquellas manos que limpiaban sus heridas otra parte de ella disfrutando de dejarse cuidar abierta y vulnerable cuando todavía sin abrir los ojos acertó a preguntarse ¿es que no es posible dejar de luchar alguna vez?

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado. Si me lo permites, en un día como este, lo tomaré como un regalo. Gracias
Tot

Anónimo dijo...

Me ha encantado. Si me lo permites, en un día como este, lo tomaré como un regalo. Gracias
Tot

Tamara Mozo dijo...

Me repito, y me repetiré mil veces, disfruto tanto con tu escritos!!
Un amigo me regaló hoy esta frase "si luchas puedes perder,si no luchas estás perdido"

Anónimo dijo...

Como me gustaría dejar de luchar, de tener la sensación de que me tengo que esforzar más, de que tengo que ocuparme de alguien, de que tengo que ser mejor. Quiero tumbarme en el suelo y sentir que por una vez en mi vida alguien limpia mis heridas y vela mi descanso.

Avatar Psicólogos dijo...

Hola Anonimo, te hago un trato, mira a tu alrededor, detenidamente, con calma, y observa cual es el peligro, cuales son las razones para seguir luchando... si por un casual descubres que ya no hay peligro, o que el peligro es solo el miedo al peligro, entonces tumbate, siente tu espalda, tu cabeza, tus piernas, en contacto con el suelo. Siente todo tu cuerpo, quizá cansado, quizá dolorido y deja que descanse, estás segura, ya no hay peligros, tú te has encargado de vencerlos, has ganado y ahora mereces el descanso, el descanso de la guerrera.
Y siente tu cuerpo, con sus heridas, y siente como, al dejar de luchar, toda la energía de la pelea empieza a cambiar... para ir poco a poco rodeando a esas heridas...y deja que esa energía te cuide, aunque a veces duela... siéntelo porque es el dolor de la sanación. No esperes que nadie te limpie tus heridas, quizá sea difícil abrirse a alguien con las heridas tan recientes. Permite que tu cuerpo se recupere primero, permite que la valerosa guerrera cuide de la guerrera vulnerable, así se sentirá segura y cuando tus heridas hayan sanado, y la paz se haya instaurado en tu reino entonces, limpia y libre, deja que aquellos que lo merezcan, aquellos que te apetezca, se acerquen, para compartir con ellos tu libertad.
¿aceptas? ¡suerte! ¡tú, puedes!

Anónimo dijo...

acepto! ya os contare
si es que se puede vivir sin guerra
y si no, para hay tantas fronteras.
muchas gracias por tus palabras

Anónimo dijo...

no me molesta luchar y estar en la mitad de la batalla, solo quiero saber que no lucho en direccion contraria, que toda la energia la sabiduria de la guerrera se va por una direccion contraria, de hecho no saber ni dodne esta la guerra y solo disparar - eso si que da miedo.

Anónimo dijo...

Mi princesa

Yo a tu lado puedo crecer y crezco cada adía como una flor al sol de un día de primavera fresco y caluroso a la vez, con el rosario de las mañanas.
Al estar junto a una buena guerrera uno se siente seguro y arropado.

Anónimo dijo...

si - contesto la guerrera
se puede vivir en paz y en armonia, en fin se puede vivir con todo si puedo conectarme al universo desde el amor, me falta el click!

el piano huérfano dijo...

quizas aquel dolor le recordo que esta viva, y que puede sentir las cosas que a veces duelen y a veces nos acarician y esa es la vida llena de emociones y sentimientos que hasta aquel dia ella empeñaba en controlar...