viernes, 25 de diciembre de 2009

Controlar... lo controlable



Somos los grandes diseñadores de nuestro destino. Y no me refiero con ello a que nuestro ego, nuestra personalidad construida por las distintas circunstancias externas que nos han rodeado, sea capaz de ello, sino a una parte más esencial de nosotros mismos, nuestra esencia, nuestro yo verdadero, el que surge cuando estamos presentes y los miedos, condicionamientos sociales, etc. desaparecen de nuestra realidad, que es el diseñador de una vida cuyo objetivo es fluir con la fuerza de la evolución y favorecerla a través de nuestra capacidad de creación.

Los últimos avances de la física cuántica nos revelan cosas muy sorprendentes, algunas de ellas llevan siendo trabajadas desde hace milenios por otras culturas de una forma directa o simbólica, entre ellas que si profundizamos en nuestro análisis en lo más profundo somos UNO con el Universo, todos estamos formados por el mismo tipo de energía y en última instancia nada me separa del exterior sino que soy uno con él. Y si en el nivel más profundo soy uno con lo que me rodea... ¿cómo puedo despreciar la idea de mi poder de influencia sobre ello? Ya Einstein nos demostró que el observador cambia la realidad por el acto mismo de observar y los experimentos de física cuántica demuestran que si un electrón no es observado puede estar en más de un lugar a la vez, pero en cuanto lo observamos lo "obligamos" a estar en un sólo lugar. Nuestra mente se encuentra con muchas limitaciones, una de las más importantes es la de nuestros sentidos, y eso le obliga a crear programas para poder entender (más bien traducir) lo que percibe del exterior. Uno de esos mecanismos es la dualidad, necesitamos comparar todo para poder distinguirlo y por ello desde bien temprano aprendemos a distinguirnos de los demás (para crear un YO me tengo que diferenciar de un TÚ), a buscar las diferencias entre las cosas y a crear comparaciones. Ese es un mecanismo necesario para el aprendizaje y para la adaptación al mundo en el que vivimos y a nuestro propio cuerpo. Pero nuestra misión fundamental es la del crecimiento y llega un momento en el que es nuestra responsabilidad seguir aprendiendo y superar la dualidad de la mente para encontrar la Unidad del alma.

Y como influimos en lo que nos rodea, aquello a lo que prestamos atención crecerá ya que al llenar nuestra percepción de ello obviamente lo estamos alimentando, son muchas las mujeres que al quedarse embarazadas empiezan a ser conscientes de la cantidad de mujeres embarazadas que hay a su alrededor, al enfocar su atención en aquello que es lo más importante para ellas lo crean en su vida, igual que si os digo que el número 28 es un número especial para vosotros empezaréis a encontrarlo en todas partes. Esto nos lleva a una pregunta básica ¿qué quiero que crezca en mi vida? ¿Dónde voy a dirigir mi atención? Y puedo ser consciente del tiempo que dedico en mi vida a quejarme, ver televisión, cotillear, personas que me quitan energía, fantasías de evasión... o bien a un trabajo que me apasiona, actividades que me inspiren, ejercicios que me den paz, personas que me aportan amor y me ayudan a desarrollarme.

Si influimos en lo que nos rodea entonces nada de lo que tenemos es casualidad, de hecho nos rodeamos de aquello que nos ayuda a evolucionar. Así cada acontecimiento puede ser visto:
- desde la dualidad, y por tanto desde el miedo, a la pérdida, a que las cosas vayan mal, a si es justo o injusto... lo que nos llevará a la contracción y a la defensa o
- desde la unidad, donde cualquier acontecimiento puede considerarse como algo que nosotros hemos creado y desde ahí puedo preguntarme ¿Para que he traído esto a mi vida? ¿Qué quiero aprender? ¿Qué quiero hacer a partir de ahora? ¿Qué deseo atraer?

Empezar a funcionar desde la unidad no es tarea fácil tras años de aprendizaje "dual", requiere tiempo, consciencia y mucho valor, pero si desde hoy te comprometes contigo mismo a dejar de alimentar la dualidad, el juicio, y observas a tu alrededor para abrirte a aquello que tienes que aprender, trascender, integrar estarás empezando a ser dueño de tu destino y cada cambio que realices, cada transformación en tu vida, afectará a todo lo que te rodea. Empieza por prestar atención a las señales, tu vida está llena de señales, a los acontecimientos de tu vida y en especial a aquellos patrones que se repiten, entiende que causa y efecto están íntimamente vinculados y estarás dando los primeros pasos para empezar a controlar aquello que es controlable... el crecimiento y la liberación de la luz que inunda tu alma.

Eres un Creador, y crear no es fácil, es mucho más fácil criticar lo que crean los demás, pero que queréis que os diga, en mi opinión crear es mucho más divertido y mucho más enriquecedor que observar la basta creación sin participar en ella...

8 comentarios:

MC dijo...

Efectivamente, Newton no se encontró con la ley de la gravedad porque se le cayera una manzana en la cabeza. Estaba buscando esa ley y ese acontecimiento fortuito le ayudó. Si él no hubiese llevado mucho tiempo pensando en eso, jamás la hubiese formulado, por ese simple hecho.

Me pregunto hasta qué punto somos nosotros capaces de controlar los acontecimientos de nuestra vida que estén más allá de nuestra propia voluntad. Parece como si todo lo que nos pasara hubiese venido a nosotros porque lo estábamos buscando. Pero yo dudo que sea así. Yo, desde hace mucho, creo firmemente en que lo que no se busca no se encuentra, pero hasta qué punto hemos atraído a nuestra vida aquello que no buscábamos, o quizá lo que quieres decir es que de algún modo sí que lo estábamos buscando aunque no nos dábamos cuenta, y quizá lo que deberíamos de plantearnos cómo o porque lo hemos atraído hacia nosotros.

luciérnaga dijo...

La reina de la luz, la inocencia.
Desde la inocencia sería más fácil entender esto de la física cuántica, la dualidad, la unidad. La inocencia, estaría más cercana a ese comprender desde la unidad.
Desde la inocencia: estaríamos más cercanos a ser los diseñadores de nuestro destino, pero desde la inocencia, ¿podríamos tener tiempo, consciencia y mucho valor para abrirnos a lo que tenemos que aprender, trascender e integrar?. Tiempo sí, consciencia también y valor quizás, ¿o no?. Lo más difícil: trascender e integrar, pero desde la inocencia sería más fácil aprender.
Crear es mucho más divertido desde la inocencia es: más sencillo, enriquecedor, participativo...

LA INOCENCIA: REINA DE LA LUZ.

lara dijo...

buscar siempre es más interesante que encontrar. Encontrar tus posts, no sólo es una sesión gratis, supone buscar y encontrar con el aliciente de seguir buscando.
Gracias Antonio, espero que nos encontremos de nuevo.
XXX

loose dijo...

Modelar el alma para que abrace lo Uno sin dispersarse...HACER-NO-HACIENDO...

Poco a poco...

Besos.

Avatar Psicólogos dijo...

Hacer no haciendo, me gusta ese mensaje, buscar vs encontrar... parafraseando a John Demartini "Todo lo que eliges lo tienes, lo que no eliges otros o las circunstancias elegirán por ti", si buscar es un derivado de elegir entonces seguro que se encontrará, si no se busca serán las circunstancias o los demás los que determinaran que nos encuentra...

Anónimo dijo...

Existen momentos para la prudencia (no hacer, no buscar, no esperar,...) y momentos para el valor (elegir, reaccionar, darse cuenta de lo encontrado...), actuar con conciencia e inteligencia puede ayudar a distinguir entre dichos momentos.

loose dijo...

Es precisamente, a través del no-hacer, no-buscar, y no-esperar cuando se está realmente eligiendo, abriendo los ojos, encontrando...porque es el momento en el que se está conectado con el Uno, con la fuerza máxima, con el motor del mundo, con nuestra Esencia, con el Amor, con la realidad, con lo que sí está, con lo que Es...sin forzar, fluyendo con Ello...

Besos para todos y mis mejores deseos para el 2010.

Anónimo dijo...

Bonito mensaje Loose. Palabras para la reflexión. Un regalo. Lo aplicaré a mi vida.
Feliz 2010 a todos!