miércoles, 2 de abril de 2008

El cisne escondido

Sus ojos jugaban a esconderse tras ese flequillo que, más que ocultarlos, los descubría. Había vivido toda su vida como un cisne escondido, no se si porque no se había descubierto como tal o porque esperaba el momento apropiado para desplegar toda su belleza. Tenía la mirada profunda, de esas que penetran el alma y que nunca dejan indiferente, pero trataba de ocultarla, sin mucho éxito la verdad, porque hipnotizaba.
Era una reina llamada a gobernar grandes parajes aunque se quedaba en aquel pequeño pueblecito de difícil acceso como si todo su potencial le asustara. Estaba llamada a compartir los secretos a los que ella misma se cegaba, encerrada en aquella casa de conocimiento que más que expandirla la maniataba. Su corazón reflejaba con inmenso brillo la infinidad de colores que la rodeaban, pero ella lo había congelado como temiendo que su poder la sobrepasara. Hasta parecía capaz de romper sus propias alas para no tener que desplegarlas, como si supiese que una vez emprendiese el vuelo no habría vuelta atrás. Y él seguía hipnotizado con aquella mirada a la que su recuerdo se aferraba, mientras se pregúntaba como era posible que fuese el único que supiese leer debajo de esa bruma de la que ella misma se rodeaba. Deseaba hacer algo, llamarla, agitarla, ponerle un espejo delante, como si su compromiso con la vida no le permitiese ser complice de dejar oculto un tesoro tan hermoso.
Por eso buscaba la forma de despertarla, a través de las palabras, a través de las experiencias, tratando de ayudarla a superar sus recelos, sus miedos, sus limitaciones, empeñado en tratar de despertar su alma, en encontrar esas cadenas olvidadas, casi oxidadas por el tiempo que llevaban ya cerradas.
Fue entonces cuando sintió un desgarro en aquellas murallas tan solidamente alzadas. Y supo que había comenzado el proceso cuando el vacío que había escondido durante tantos años el tesoro de su belleza empezó a agarrarse a su piel exigiendo que las cosas fuesen como siempre habían sido. Entendió que el proceso no iba a ser fácil, que es difícil ser cisne cuando ni siquiera has sido valorado en el estanque de los patos, que es difícil desprenderse de lo único que has conocido por mucho que seas consciente de que a ese lugar ya no perteneces, que aterra dejar esos lugares seguros para adentrarse en lo desconocido, que paraliza dar pasos hacia delante cuando nunca has recibido el permiso. Pero también sabía que tan solo con acariciar con ternura su piel, darle calor a su alma y abrazar su corazón el poder de sus alas podría sobrevolar cualquier miedo, la profundidad de su mirada descubriría el camino que se ocultaba tras la niebla, su belleza iluminaría las sombras que la rodeaban, creando un amanecer que pintaría el cielo con los colores de la magía, despertando una vida llamada a ser especial.

13 comentarios:

Tot dijo...

Es, sencillamente, precioso...

Un gran regalo para ese cisne...

Anónimo dijo...

Gracias a personas como tu, tantisimos cisnes tendran fuerzas para abrir sus alas.

Anónimo dijo...

Sólo un hechicero de almas, alguien tocado por las estrellas, puede ser capaz de leer debajo de la bruma para descubrir cisnes entre patos y adivinar sus alas escondidas entre cadenas olvidadas. Pero, a veces, la magia permite que se produzca el milagro, y entonces la vida te devuelve la fe para volver a creer en la existencia de seres especiales con un don para ver más allá.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

antes de mi partida en busqueda de lo que llevo dentro.
Antonio, te quiero agradecer aqui publicamente por salvarme la vida, por enseñarme que hay vida y no solo existencia.
Gracias por confiar en mi, en tiempos que yo misma dudaba de mi.
y gracias a ti me deperte de la pesadilla y voy en busqueda de la autentica vida.


Raquel Sultana

Avatar Psicólogos dijo...

Muchas gracias por tus palabras Raquel, te deseo un bonito viaje de descubrimiento y ya sabes, ¡somos un equipo!

Avatar Psicólogos dijo...

Doy gracias por tener la suerte de vivir en este precioso estanque rodeado de tan preciosos cisnes.
Y creeme Cristina, hay ocasiones que no es necesario tener un don para descubrir cisnes entre la bruma... hay algunos que son tan brillantes que sería imposible no verlos! Y aqui hay muy buenos ejemplos.

Anónimo dijo...

Hace un tiempo que estoy en el proceso de sacar mi propio cisne, y como tu bien dices es un proceso doloroso, `pero gracias a personas como tu y en especial ati, se que esta vez si puedo. muchas gracias

Anónimo dijo...

Sencillamente hermoso...El cisne que soy está saliendo hacia el exterior, tengo un ala rota por la última experiencia que la vida me hizo afrontar para llegar a dejarme ver como la mujer que pude ver recien nacida...El precio es muy bajo. Gracias

loose dijo...

Es lo màs bonito que he leido nunca.Me has dado tanta energìa,tanta paz...una mezcla inexplicable de emociones que hacìa tiempo que no sentia.Me has hecho reir,llorar,vibrar pero sobre todo has derrumbado otro pedazito de esa muralla que me encierra,que me ciega.Empiezo a ver un poquito de claridad y la verdad,me asusta pero trato de no pensar,e intentar ganarle esa batalla a mis pensa-mientos que tan arraigados estan en mi mente.No me dejes sola por favor.Tu eres mi luz,el que me guia,el que me ha hecho ver que no estoy sòla y que en el mundo hay personas maravillosas llenas de AMOR,como tu.Gracias por haberte conocido.

Anónimo dijo...

hola loose, seguro que tu tambien tienes una luz dentro de ti que le ayuda a antonio guiarte,pero cuando la encuentras andaras por tu sendero lleno de luz, paz y felicidad y todo eso lo llevas dentro

Anónimo dijo...

Anoche pasee con el cisne mas bello de aquel enorme lago entre sus aguas turbias por causa de la sequía, bajo una preciosa “luna llena” que con su maravillosa luz ilumino sus bellas plumas, esas que un día decidieron volar para salir de un pequeño estanque que le construyeron con mucho cariño, y en el que no faltaba de nada, sus aguas eran cristalinas y sus alrededores estaban cubiertos de altísimos y frondosos árboles pero que no le permitan ver mas allá.
Ese estanque que me gustaba mirar desde aquí arriba y en el que me gustaba flotar para verle nadar.
Pero un cisne tan hermoso merecía un gran lago para nadar, compartir, chapotear, y vivir en libertad.
El día que decidió abatir sus alas, el sol brillaba y se sentía fuerte para sortear el espeso bosque. Pero el viaje no era nada fácil. El miedo a no saber qué podría haber detrás, le aterraba. Pero sus alas ya volaban y no había vuelta atrás.
Inesperadamente, cuando ya llegó al gran lago, le sorprendió una terrible tormenta.
A la que no se enfrento y de la que salió malherida.
Aquella luna de ayer, dejó al descubierto que la herida aún sangraba y que el tiempo no lo consiguió sanar.
La nube no puede dar marcha atrás, la tormenta fue real y es difícil de olvidar. El agua está ya muy sucia pues no volvió a llover mas y es difícil de nadar.

Ojalá se cure la herida y sus alas vuelva a desplegar. Entonces los buenos tiempos volverán la lluvia los devolverá.

Doy las gracias a la luna por iluminarme la verdad.

Anónimo dijo...

preciosa lectura...