sábado, 31 de diciembre de 2011

Homenaje y agradecimiento a nuestros héroes cotidianos

Quería utilizar este último post del año para honrar a todas esas personas valientes que han afrontado en este año sus retos más difíciles y exigentes.

El otro día alguien me decía "Tiene que ser fantástico tu trabajo, tú curas a la gente" y eso me recordó que, por un lado si que es fantástico mi trabajo y estoy muy agradecido por ello y, por otro, que yo no curo a nadie, que como decimos en nuestra página web el Avatar es el mago, la persona que aparece para acompañar al Héroe o Heroína cuando se dispone a efectuar un cambio o a afrontar una prueba de superación que les impulse espiritual y evolutivamente. Nosotros tenemos la fortuna de acompañar a esos héroes y heroínas cotidianos que toman la decisión de liberarse de las cadenas de sus historias construidas, de sus acontecimientos traumáticos, de sus rencores, de sus miedos y afrontan ese reto de superación que les hará libres. Ser escoltas de ese proceso es un honor que nos regalan muchas personas cada año, no sólo las que vienen a consulta sino también esas que en los cursos se implican y llevan a la práctica esas ideas que suenan tan bien pero que a veces son más fáciles de escuchar que de actuar. Para todas aquellas personas que han decidido hacer un cambio en su mundo a través de un cambio en sí mismas nuestro aprecio, reconocimiento y nuestro más sincero Namasté.

Y como este es un homenaje a esas personas, voy a dejar paso a las palabras de una de ellas, una de esas muchas personas que se han liberado durante 2011 y que con su esfuerzo, su vivencia y su cambio resultan buen modelo para los que les rodean.

Muchas gracias por este año y en nombre del equipo de Avatar Psicólogos os deseo que tengáis un año 2012 lleno de regalos para vuestra Alma.


¡¡ Feliz 37º año !!

Tras la última visita a mi compañero, mi guía, mi amigo... y tras expresar mi actual estado de bienestar, éste me animó a escribir unas palabras para compartir con vosotros el proceso de mi, yo lo llamo, renacer.

Efectivamente, el camino es duro, ahora os parece duro pero, entenderéis en un momento dado de plenitud que fue el camino justo por el cual tuvisteis que pasar para llegar a lo más esperado.

Quizás lo más esperado aún no lo sabéis, quizás os parezca una utopía pero llegará el momento en que lo sepáis y se haga efectivo, eso sí, necesitamos un poquito, sólo un poquito de amor propio, egoísmo puro y duro. Entendiendo este egoísmo como lo más bonito que puede uno hacer por sí mismo y no como un término despectivo que excluye a los demás. Ese poquito de amor propio irá creciendo y creciendo hasta el punto de poder ofrecerlo con generosidad a todo aquel que encontréis en vuestro camino futuro.

A mí me llegó el momento, a las puertas de cumplir 37 años, de plantearme el porqué había vuelto a caer en una situación incomprensible, algo lejos de mi razonamiento y que, además, me martirizaba y me producía un sufrimiento y desgaste del que seguro os sentís algunos identificados. Cualquiera puede ser la causa que os haga sentir mal, cualquiera.

Llegué a la conclusión de que algo había que cambiar. Sí, porque por ese camino que iba, el que llevaba ya tantos años imponiéndome, no me daba unos resultados óptimos de bienestar.

Ese algo es la forma de pensar. Todos tenemos pensamientos, aquí nos gusta leerlo así, "pensa-mientos", para intentar hacernos ver de esta forma que algo de "mentira" hay escondido y, así es. Algo hay. Nuestros pensa-mientos son elegidos pero, tras llevar años y años pensando lo mismo parece que no tenemos elección y por eso perdemos ese poder que es la libertad. Somos libres de elegir en todo momento. Elijamos pues, pensamientos para nuestro beneficio personal, emocional.

Es duro y cuesta pero, con un poco de tesón se consigue doblegar a nuestro mejor enemigo, nuestra mente, y así, usarla en nuestro mejor beneficio y, os aseguro, que la recompensa es eso que buscáis.

¿Acaso no quisierais ser felices y dichosos con todo lo que os rodea? y digo TODO. Porque se puede, lo he comprobado, ser dichoso y terminar siendo agradecido con todo lo malo que nos ocurre, por supuesto con lo bueno también.

Pues ponte manos a la obra. Cambia tu manera de pensar y a poco que lo intentes con convicción verás los resultados inmediatamente. ¿Qué es lo que pasará? pues que dirás: "Sí, muy bien, muy bonito, estupendo, qué bien me siento pero..."

Justo ahí, a partir de ese "pero", probablemente estés pensando justamente lo contrario de lo que te habías propuesto a pensar y, ahí vendrá la primera pequeña prueba de fuego. ¿Quieres continuar sintiéndote bien o prefieres volver al "agujero"? En ese momento sólo tienes que elegir, porque como decía, somos libres de elegir en cada momento lo que hacemos y por ende también lo que pensamos. Así que os invito a que elijáis dejar pasar ese primer pensamiento, no hacerle mucho caso y hacerlo de forma consciente (os podéis decir, este pensamiento no me interesa, no me conviene, no le haré caso; esperaré uno mejor) Vendrán muchos, no os preocupéis, perseverar. Se trata de crearse un hábito, un hábito tan lícito como el de quererse a uno mismo. Elegid los buenos.

Una vez consigáis quereros o amaros tendréis todo el poder para conseguir vuestro bienestar e incluso ayudar a quien también sufre a vuestro lado por esto, por aquello, por lo de más allá.

Llevamos muchos años sufriendo por esto, por aquello y por lo de más allá, ¿no creéis?

Podéis ver gente de cualquier edad, incluso gente a la que le llega el final de sus días y que no han hecho otra cosa que maltratarse asímismos. ¿Queréis ser uno de ellos?

Como le dije a mi amigo, todo ahora es nuevo para mí, todo son experiencias totalmente distintas, no es fácil hacerse a la idea de tanta dicha y claro, le dije, es que me he llevado 37 años, toda mi vida para llegar a este punto y, como él decía, ahora tratar de equilibrar tantos años de vida "errando" con un par de meses tras los que me vine abajo y decidí cambiar, no es fácil y se trata de conseguir ese equilibrio tantas veces mencionado en este blog.

Así es que estoy viviendo mi nueva vida, el resto de mis días pero, más consciente cada día de que el Amor por uno mismo es la única herramienta realmente válida.

Estoy convencido de que me van a venir nuevas experiencias, mi vida anterior con la que tanto he luchado me ha hecho ver muchas cosas y ese pasado me ha moldeado (muchas armaduras para sentirme protegido y seguro tras mis propias murallas) pero, día a día iré moldeando una nueva figura más acorde a mis pretensiones; la felicidad y el bienestar.

Cada suceso, cada experiencia es un regalo, es la vida y se trata de vivirla. Vívela.

Encuéntrate a ti mismo cada vez que tengas oportunidad. ¿Sabías quién estuvo contigo en cada momento difícil de tu vida, quién estuvo acompañándote y quién seguirá ahí por el resto de tus días? Claro que sí, tu mejor amigo/a, tú mismo/a. ¡Jamás me sentí más querido y aceptado que conmigo mismo! ¡Jamás disfruté tanto de mi soledad! Y, es que desperdiciaba inútilmente mi tiempo esperando la aprobación y aceptación de los demás, de las personas más cercanas o más importantes para mí. Quizás, nunca me di realmente la oportunidad de aprobarme y aceptarme a mí mismo tal y como soy.

Esta frase la memoricé y la repito siempre que tengo oportunidad, delante del espejo, dice más o menos así: "[Nombre propio] tengo esperanza firme en ti, te admiro y apruebo con la seguridad de que puedes ser tal y como eres."

Por eso, como dice el dicho: "un amigo es un tesoro y hay que cuidarlo", no iremos encima a seguir maltratándolo con: críticas, juicios, prejuicios, creándole inseguridad, desconfianza... vamos a cuidar de esta persona, de nosotros y así, encontraréis el momento de renacer y enseguida una sonrisa se posará en vuestro rostro e, incluso, como me pasó a mí, puede que lloréis de agradecimiento. Agradecimiento hacia vosotros mismos, hacia toda vuestra vida pasada, presente y que hará de un futuro infinitamente mejor. También agradecido hacia todas las personas que nos enseñaron algo, curiosamente las que nos hacen daño y nos indican pues, dónde tenemos que reparar.

Así pues, ahora disfruto de mi nueva vida y, a veces, resulta raro darse cuenta de cómo por ciertas cosas me ofuscaba, me indignaba, criticaba, me rebotaba, reaccionaba a golpe de razonamientos y, ahora entiendo que las cosas y comportamientos que vemos en los demás, simplemente, no son responsabilidad nuestra y podemos respetar mucho más al resto de personas con las que interactuamos o, incluso con las que no lo hacemos. Ellos están haciendo su camino y ellos decidirán dar sus propios pasos igual que tú hoy decides caminar por la nueva senda que te llevará al Amor y, una vez llegues a él y te llenes de él, podrás dar todo lo que te sobre. Mientras no permitamos que los demás den los pasos elegidos estaremos entorpeciendo su camino y creándoles más mentiras y, encima, faltándoles al respeto. Dejemos que den sus pasos, dejemos que aprendan de éstos y mostrémosles con nuestra actitud amorosa y libre que otra forma de pensar es posible. Si vemos que no estamos preparados, no pasa nada, ya dije que el camino es duro pero, podéis elegir entre ver qué os afecta a vosotros mismos para ayudaros o, por el contrario atacar, huir, ignorar... en definitiva volver a vuestra vida anterior.

Espero que muchos de vosotros renazcáis y que mis palabras ante esta experiencia vivida os ayuden y acompañen en vuestro camino hacia el Amor y la libertad.

P.D.: Pensé muchas veces que este blog era algo así como una "secta", fijaos que pensa-miento ¿no? pero, sé que no es fácil comprender las frases para la mayoría de los que la leen. Por este motivo, si llegáis a pensar así, os animo a que releáis las historias que Antonio y su equipo nos cuentan, las veces que hagan falta e incluso tras pasar varios meses; veréis que cada frase, cada palabra encaja perfectamente para dar un mensaje de esperanza y amor que bien valen muchas vidas, como la mía. GRACIAS A TODOS.

Juanjo

sábado, 10 de diciembre de 2011

Una decisión consciente

Hoy, camino de Madrid, he tenido dos experiencias muy diferentes.

La primera empezó por la mañana, el tren que me llevaría a Madrid salía a las doce de la estación del AVE de Málaga, así que preparé todo para coger el tren de cercanías a las 11:00. Pero hay momentos en los que cuanto más prisa tienes más se enredan las cosas, así que por diversos motivos salí de casa lo suficientemente tarde como para que fuese poco probable llegar a tiempo a la estación de cercanías, al menos si quería evitar una larga carrera con mochila a cuestas. Caminaba muy deprisa cuando pensé “Ojalá encuentre a alguien que me lleve”, no se por qué pensé eso en vez de pensar donde podría coger un taxi, pero veinte segundos más tarde doblaba una esquina y me encontraba de frente a Jorge, mi mejor amigo, que no me había cogido el teléfono quince minutos antes y que ahora dejaba todo lo que estaba haciendo para llevarme, ahora con tiempo de sobra, a la estación de cercanías. A veces me asusto del poder de la mente cuando está bien enfocada y libre, pero bueno, ese no es el tema del post de hoy.

Gracias a encontrarme con Jorge ahorre mucha tensión, algún que otro autorreproche y un caro viaje en taxi. Pero, sobre todo, me hice más consciente de la suerte que tenía, no por haberle encontrado ese día sino de haberle encontrado en mi Vida.

Unas horas más tarde, ya en la estación de Atocha, aproveché el tiempo que tenía libre para ir a comer. Tras disfrutar de una exigente “lucha” con una camarera con cara y actitud entre agresiva y amargada a la que conseguí “robarle” una sonrisa, me dirigí a las vías con cierta sensación de bienestar por la victoria para coger el tren que me llevaría al sitio de mi retiro meditativo. Nada más llegar descubrí que el tren hacía El Escorial, el que me podía haber dejado allí sobrado de tiempo había partido a penas hacía un par de minutos (¡o menos!). Pero bueno, en otros veinte minutos había otro así que no había mucho problema.

Quizá por el tiempo que llevo ya fuera de Madrid o quizá por el despiste que a uno le envuelve en cuanto termina un mes de trabajo incesante y entra en modo “me voy de retiro meditativo”, no me di cuenta hasta que fue demasiado tarde que el tren que iba a El Escorial no solo iba por la vía en la que yo estaba esperando sino que había otra que es por donde precisamente había pasado el último tren que me habría llevado al lugar al que me dirigía a tiempo. ¿Y el siguiente? El siguiente pasaba ¡“sólo” una hora después! Conclusión, no solo tendría que esperar en la estimulante estación de Atocha durante toda una hora sino que, habiendo salido con tres horas de margen… ¡iba a llegar tarde!

¿Era ese motivo para sentirme mal? ¿Para pensar en mi “mala” suerte? ¿Para insultarme por haberme puesto en la vía equivocada? Seguramente la inercia mental me llevaba hacía eso, pero decidí parar un segundo, dejar que el primer impulso pasase, hacer un par de respiraciones profundas y volver a ser yo frente al personaje que mi mente estaba preparando para “poseerme”.

Decidí reflexionar, había tenido tres acontecimientos significativos ese día ¿A cuál iba a dar más importancia? Mi cuerpo se preparaba para darle mucha más importancia al negativo que acababa de acontecer que a los dos anteriores pero… ¿Era eso justo? ¿Podía compararse el mágico momento de la mañana que me permitió no perder el AVE con el hecho de perder un cercanías y llegar algo tarde? Racionalmente no había color, perder el AVE hubiese supuesto, quizá no llegar tarde porque había otro después con el que también hubiese llegado pero si un importe económico muy fuerte y no tener tiempo para comer. No podía compararse a llegar media hora tarde, pero mi mente iba directa a inundarme de frustración dándole mucha más importancia a este último acontecimiento que al primero. Incluso, si no hubiese cogido ese tren no hubiese tenido la oportunidad de tratar de contagiar a un ser humano de un poco de calidez y Amor cuando, supongo, los acontecimientos de su vida o su forma de afrontarlos le estaban provocando un evidente dolor.

Al ser consciente esboce una sonrisa cómplice al mundo de las probabilidades y aproveché la espera para llenarme de gratitud, sintonizar con una frecuencia de onda positiva que dejase la noradrenalina guardada en mi locus coeruleus y dedicar el tiempo a leer y… escribir este post.

No fue muy difícil, tan sólo fue una decisión Consciente.