domingo, 20 de marzo de 2011

Transitando entre planos


Observaba su cuerpo tirado en la calle y una mezcla de sensaciones se apoderaba de él.
Por una parte sentía una gran compasión por aquel conjunto extraordinario de células, tejidos, huesos y órganos que durante tanto tiempo le habían alojado. ¿Tanto tiempo? bueno, eso era un decir porque en este nuevo estado en el que se encontraba sentía que toda su vida no era más que un suspiro, parecía incluso que todos los acontecimientos significativos que en ella habían ocurrido lo habían hecho a la vez, en paralelo, en vez de uno detrás de otro como había creído siempre.
Por otro lado sentía una gran liberación, aunque todavía mantenía un algo de conexión con aquel cuerpo, sostenido seguramente por aquel hilo de energía que observaba le unía a lo que había sido su ombligo y que suponía le permitía mantener una percepción desde los sentidos humanos y una capacidad, cada vez más difuminada, para percibir y "pensar" a través de ellos.

Era tremendamente curioso como mientras percibía al equipo de emergencias atareado en reanimar su cuerpo podía sentir también como su percepción se iba expandiendo convirtiéndose en una especie de conexión interna que se fundía con todo lo que tenía alrededor. Y más curioso todavía le parecía esa sensación de ser más capaz de sentir lo que sentía cada uno de los miembros del equipo médico que lo que sentía él mismo. Podía percibir la tensión de la enfermera, no sabía muy bien por qué pero sabía que se llamaba Laura como si de alguna manera él pudiese ser ella y sentir desde dentro de ella. Y Laura era, sin duda, la más implicada en salvarle la vida, tan implicada estaba que esa tensión que le producía la muerte de una persona tan joven le llevaba a ser más lenta y a cometer pequeños errores que tan sólo ella percibía pero que uno tras otro iban creando en ella una densa sombra de culpa que a él también le resultaba tremendamente pesada y le dificultaba de alguna manera el separarse definitivamente de aquello que cada vez percibía menos como su cuerpo. Así que, quizá en un último esfuerzo por cumplir lo que había sido su misión en la Vida se concentró en deshacerse, con imperceptibles pero rapidísimos movimientos vibratorios, de aquellos sentimientos para descubrir fascinado no sólo que le resultaba extraordinariamente sencillo deshacerlos sino como al hacerlo iba creciendo en Laura una sensación de aceptación y tranquilidad, como si en una ola de conciencia hubiese comprendido que devolverle la vida a aquel cuerpo podría no ser devolvérsela sino quitársela si había llegado su momento de partir.
La médico sin embargo era más impenetrable para él, podía sentir el torbellino de pensamientos lógicos en su cabeza y esa vorágine de energía le impedía sentir lo que ella sentía, como si los pensamientos estuviesen construyendo una gran coraza alrededor de los puntos energéticos por los que, de alguna manera todavía incomprensible para él, conseguía unirse a ella.
El técnico, Raúl, se encontraba más disperso, no sabía si era porque comprendía el sentido de la muerte y no luchaba contra ella o porque simplemente el número de casos y los años trabajando en lo mismo habían hecho que sus acciones fuesen más automatizadas y su energía en ellas más vacía.
Así que volvió a sentir a la enfermera, se lleno de compasión hacía ella y cuanto más pasión sentía más notaba como ella se abría, sus ojos humedeciéndose no de pena sino de agradecimiento a esa persona que con su muerte le estaba provocando unas sensaciones tan confusas pero tan intensas y agradables que era imposible resistirse a ellas y dejar que inundasen su corazón con una nueva comprensión de la vida.

Poco a poco fue notando como el hilillo energético que le unía al cuerpo físico se iba desvaneciendo y cuanto más sutil se volvía más dejaba de percibir tal y como había percibido en su vida en la Tierra. Era un proceso perfectamente sincronizado y las que sabía eran sus últimas sensaciones las dedicó a percibir, a ser consciente, no, consciente tampoco era la palabra, quizá sentir, saber... no podía saberlo, cada vez perdía más sus capacidades de comprensión humana y más sentía una vibración intensa que todo lo iluminaba. Fuese como fuese, tenía la sensación plena de que la misión que había venido a desarrollar a este mundo había sido completamente cumplida, aquello que había elegido experimentar, padecer, superar había sido traspasado y el nivel creciente de Amor en su corazón había hecho inevitable el paso a un estado diferente.No se sentía satisfecho, ni orgulloso, ni simplemente bien, sólo sentía un enorme equilibrio y un Amor infinito que le iba separando de aquel plano para fundirse en otro diferente. Un plano de energías conocidas, familiares, pero del que no podía decir que fuese recibido por sus padres, abuelos o seres queridos como alguna vez había leído, era más bien como si todo el Universo fuese su familia, o que, sencillamente, él era el Universo.

Ya era incapaz de percibir como lo había hecho tantas veces de humano y dedico el último suspiro de conexión en la Tierra a mandar un enorme "Gracias", verdaderamente agradecido desde lo más profundo del Alma, a todo aquello que había sido su mundo.