Llevaba un tiempo apoyada en el lavabo en la misma posición, mirando fijamente a esos ojos que la miraban fijamente a ella. Nunca había estado tan cerca de sí misma, nunca había mirado más allá de la superficialidad de su piel. Descubría que no se conocía, que todo lo que sabía de esa persona que la miraba desde el espejo estaba basado en opiniones de los demás. Se creía moderna y adaptada a los nuevos tiempos pero aquella mirada le transmitía que su opinión de sí misma, de quien era, se había quedado anclada en los anales del tiempo.
Tras unos minutos empezó a sentir mucho miedo, miedo de encontrar lo que se había afanado en olvidar, lo que tanto tiempo llevaba ocultando a los demás, su interior. Darse cuenta de la oscuridad de ese lugar, de su falta de conocimiento sobre los más mínimos detalles que allí se escondían, hizo que fuese creciendo una curiosidad que empezó a competir fuertemente con el miedo. Y así, permaneció allí de pie, mirándose, descubriéndose, abriéndose a esa desconocida con la que pasaba tanto tiempo en su vida.
Poco a poco el miedo fue convirtiéndose en compasión. Compasión por esa niña a la que nunca habían mirado profundamente, por esa niña que había transformado la rabia que sentía por no haber recibido lo que merecía, aquello a lo que toda niña tenía derecho y que le habían robado aquellos que más la querían, por un profundo odio hacía sí misma. De alguna manera, pensar que ella no era demasiado buena para ser querida era más fácil de manejar para aquella pequeña niña indefensa que sentir que aquellos de los que dependía no tenían capacidad para cuidarla. Pobre niña, cuan mal se debía haber sentido.
Y así empezó a mirar a esa que la miraba desde el espejo, y que ahora era una niña, con mucho más amor y compasión. Empezó a sentir sin saber muy bien cómo una sensación que la conectaba consigo misma, una sensación de Amor profundo hacía ese ser que tan mal había tratado desde que su memoria recordaba. Descubría, como si desde una conciencia interna se le estuviese dictando una lección vital, que cuando hay Amor nunca puede haber miedo, que no es necesario hacer nada para merecer Amor porque el Amor es un estado interno que ya poseemos y no podemos perder, que para poder amar a los demás de verdad primero hay que entrar en contacto con nuestro Amor interno, que somos seres de luz perfectos y que si simplemente nos dejamos SER brillaremos intensamente. No hay que hacer nada más, tan solo SER, no sabía como hacerlo pero... como no había que hacer nada... eso tampoco parecía un problema.
4 comentarios:
¿Por qué será que tenemos tanto miedo de tan sólo SER? ¿Será porque eso también implica sentir?
Muchas veces me han dicho: cada uno somos tres, quien creemos que somos, lo que creen los demás que somos y lo que en realidad somos .
Ahora se que yo soy SER y que solo importa lo que yo creo que soy
Primero tuve que desintoxicarme, para luego de manera casi inmediata, a penas unos segundos después, comenzar el proceso de reconstrucción. Ninguno de ellos ha sido fácil, y he agradecido la ayuda de otros que me han sabido acompañar.
Tenia que desintoxicar mi alma y mi cuerpo de todo aquello que me estaba haciendo daño: de personas y de objetos, de sensaciones y de pensamientos. Debía alejar de mi “eso” a lo que me había aferrado y que estaba tan dentro de mi, que casi parecía ser yo. Pero no lo era, no me pertenecía, eran como “toxinas” que me estaban quemando el alma, olvidándome de quien era y de lo que quería para mi.
Del mismo modo que me alejaba de lo que me hacia daño, me acercaba a aquello que más paz me daba: el reencuentro conmigo misma. Hacia tiempo que me tenia olvidada, y tener la oportunidad de reconstruirme es una tarea que si bien te exige un gran esfuerzo, te recuerda lo grande que es tu ser y te permite mirarte al espejo, ese del que hablas, sintiéndote orgullosa de ti misma, al reconocerte por haberte sabido reencontrar.
Varios años después, el proceso aun no ha terminado. Ahora hay que seguir desintoxicándose y reconstruyéndose hasta que al fin, de pronto un día sin saber como, todo eso que te hacia daño ya no lo haga y por fin encuentres la armonía dentro de ti.
Gracias por todo.
Gracias, Maga, es que estaba me estaba leyendo a mí misma en tu comentario. Es maravilloso.
Yo tampoco fui Yo misma por tantísimo tiempo que no supe empezar a reconocerme... pero lo he conseguido!!! Con tantísimo esfuerzo, y al mismo tiempo dejándome SER, que es una reconstrucción de tí misma, SIENDO tú misma.
Por fin no soy nadie mas, nadie que quiso que fuera como no soy. Ahora he pasado la barrera, SOY YO. Y estoy agradecida a la Vida por serlo. Todos los días son un reto, pero estoy orgullosa de manejarlos como Yo los siento y razono, sin miedo a errores, rechazos, humillaciones, menosprecios... Ahora VIVO. Gracias, Maga, Gracias, Antonio.
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