Hablando de emociones el otro día en un curso surgía la pregunta de cual era la diferencia entre enfado y resentimiento, en ocasiones pueden querer decir lo mismo pero hay matices que los diferencian y que provocan que pueda ser difícil deshacerse más de uno que del otro.
El enfado, o la ira, es una emoción básica que como hemos visto en otros post nos sirve para defendernos cuando nos sentimos agredidos. Cómo emoción es adaptativa y transitoria, se mantiene mientras nos sentimos agredidos y cuando volvemos a sentirnos seguros desaparece. No podemos olvidar que se convierte en traumática aquella emoción que no se ha podido expresar, cuando la expresas dejas fluir la energía retenida. No importa lo que pasó, lo que queda como una dolorosa carga es la energía que se estancó, cuando te permites sentir esa energía pese al malestar que provoca estás completando la situación, estás dejando que esa energía, que tenía una función en el pasado cuando te sentías en peligro, fluya hacía afuera una vez que ya no es necesaria. El enfado se complica cuando nuestros pensamientos sobre la situación impiden que fluya, con el pensamiento provocamos que la situación que pertenece al pasado sea permanentemente presente y nuestro cuerpo siga reaccionando hacía ella con una defensa, inútil porque el peligro que la creo ya ha pasado, pero eso es algo que nuestro sistema límbico no sabe y sigue haciendo su función: protegernos.
El resentimiento, como la propia palabra indica es re-sentir-miento y por tanto es volver a sentir un sentimiento y esa vuelta tiene un gran componente cognitivo. Donde el sentir debería pertenecer al momento en el que transcurre la acción, nuestra mente en su intento de control se asocia con la emoción y provoca que ésta vuelva una y otra vez y se sienta como permanentemente presente como veíamos antes. El resentimiento, no tiene que ver con lo que pasó, tiene que ver con lo que pensamos sobre ello y esto nos impide dejar que se vaya.
Además, donde el enfado es siempre hacía afuera, el resentimiento tiene una parte que es hacía nosotros mismos, pero al poner esa parte en el otro nunca podemos resolverlo. Si el otro me hace algo me enfado para protegerme, pero si yo hago algo y el otro no responde como yo espero entonces me enfado con él cuando en realidad estoy enfadado conmigo mismo. A veces, cuando no soy capaz de perdonarme a mi mismo, me enfado hacia fuera para ocultar esa parte de mi que no soy capaz de aceptar, por eso el resentimiento nos acompaña es tan difícil de resolver, porque estamos enfocando en la dirección equivocada y porque el pensamiento, por mucho que se empeñe y trabaje, es incapaz de dejar fluir la energía de la emoción.
Por eso tantas veces se dice que el resentimiento es algo que quema por dentro... ¡porqué es ahí a donde pertenece, a mis adentros!
Aunque sin duda es más fácil enfadarse con el otro que con nosotros mismos, la mayoría de las veces es más sabio:
1. Pararse.
2. Dejar que los pensa-mientos vengan y se vayan sin enredarse en ellos, observar el pensamiento.
3. Sentir la sensación corporal de tensión, abrirle un espacio a esa tensión en nosotros y escuchar a nuestro cuerpo dejando que esa energía fluya y se vaya.
Podemos elegir dejar de ser esclavos de aquello que nos hizo daño en el pasado para poder disfrutar plenamente de nuestro presente.
11 comentarios:
¿cuanto re sentiemieto se puede aguantar? y cuando se repite una y otra vez el motivo por el que se sintio el enfado, y se repite una y otra vez el perdon, ¿es posible que el resentimiento se instale y no fluya? . Me paro, observo los pensamiento que vienen y van , pero no dejarse liar por ellos es verdaderamente complicado...
no se muy bien por que estoy delande del ordenador escribiendo mis pensamientos, cuando en realidad deberia de cruzar ese limite que me pusieron en su dia mis padres y que significaba "portarme bien" "no molestar a los demas" ... aunque eso supusiera no sentirme bien. La culpa¡, me encantaria que avatar tratara este tema que me mortifica. Me encuentro en un momento de mi vida con casi 20 años de relacion de pareja y dos niños y en una encrucijada.
Amo a mi pareja, de eso no tengo dudas, pero tiene un poder desmesurado sobre mi equilibrio, y ahora que estoy rozando ya los 40 años me planteo si eso es lo que quiero en mi futuro. Los momentos de crisis los vivo como una niña de 16 años, sus faltas de respeto hacia mi y hacia los limites que entindo debe de haber en una relacion de pareja me desestabilizan.
Ayer y por segunda vez en mi vida le pedi por favor que me dejara ir, mi escala de valores no encaja con la suya, es lo que he deducido tras todos estos años. Pero el se empecina en que lo nuestro es tan especial que nadie lo tiene, que debe de haber bajones para luego estar en el cielo.... ¿es eso cierto? . El miedo a la soledad no me obstaculiza ya lo se, entre otras cosas por que tengo dos preciosos hijos que llenan de amor todo mi corazon, es la dichosa culpa. Entiendo que no encontrare aqui una formula magica que arregle todo pero quizas leer sobre como no sentirse culpable ni responsable de otras personas que a fin de cuentas ya eran adultas cuando las conoci supongo que me haria bien. gracias.
Estimado anónimo, tristemente el resentimiento se puede aguantar toda una vida, lo alimentamos tanto que nos va comiendo toda la alegría hasta que estamos tan metidos en él que no vemos otra cosa. La clave es precisamente que permites (y digo permites porque somos responsables de lo que hay en nuestras vidas, tanto en nuestros pensamientos como en la realidad) que el motivo por el que se sintió el enfado se repita una y otra vez pero... por qué no en vez de centrarte en el motivo te preguntas "¿Por qué me afecta tanto eso? ¿Qué hay debajo de ese enfado que es mío y no tiene nada que ver con la otra persona/situación?" La otra persona/situación sólo está siendo el estímulo que recuerda un daño interno, cura el daño interno y curarás el enfado.
Y por supuesto, si los pensamientos te consiguen liar en vez de poder observarlos lo tienes más difícil e indica que tu mente se empeña en controlar cosas que no puede (el otro) en vez de afrontar el daño interno.
Estimada Cóndor, desde luego que sería interesantísimo que un día pudieses superar ese límite impuesto y empezases a vivir según tus propios criterios y valores. Un primer paso para eso podría ser preguntarte cuales son tus verdaderos valores, aquellas guías por las que tu quieres transitar tu vida, que un día impusieron los padres por educación pero que hoy ya podemos elegir nosotros.
En cuanto a la culpa, gracias por la sugerencia, es un tema que trataremos muy pronto porque es tan potente como absurdo pero como introducción yo te preguntaría... cuando permites que manipule tus emociones, cuando te quedas para que no sufra, cuando no le das la responsabilidad sobre su vida... ¿le estás ayudando o menospreciando? ¿permites que construya su propia vida con lo que él desea o se lo impides? ¿le ayudas a crecer o fomentas más sus debilidades?
La vida son continuas elecciones que tienen lo mismo de bueno que de malo (ley del equilibrio), buscar una solución que sea "sólo buena" nos lleva a bloquearnos ante la imposibilidad de conseguirlo. Así que si es verdad que no tienes miedo, da un paso adelante y elige para tu vida aquello que concuerde con tus valores y te permita ser feliz. Recuerda lo que hemos dicho otras veces aquí, a veces lo bueno es enemigo de lo mejor.
Un abrazo
El pasado puede tener:
Años...
meses....
semanas....
días.....
horas....
mínutos...
segundos....
¿Qué pasado hay que dejar de sentir?, ¿solo el que duele?, todos son nuestros pasados, los momentos malos y buenos.
No se puede prescindir ni dejar de sentir el pasado, ¿se borran los malos episodios de los libros de historia?, nunca, sirven y han servido para aprender de los errores.
Nuestro pasado, nos duela o no, es nuestro, y podremos sobreponernos, pero nunca prescindir de él, es el que nos ha hecho como somos, más o menos fuerte, según el pasado de cada uno.
No podemos renunciar al pasado, como tampoco al futuro.
Condor, creo que estás delante del ordenador, porque no tienes con quien desahogarte, aquí lo puedes hacer tranquilamente, te ayudarán. No hay nada tan especial, como para hipotecar tu vida, solo se vive una vez, vive y sé feliz.
Besos a todos.
Hoy puede ser el día del resto de mi vida. Mi marido y yo nos hemos separado, al menos temporalmente, hasta que tomemos una decisión definitiva.
Me siento triste (por lo que pierdo), asustada (por lo que se me viene encima) y sobre todo liberada.
Hoy, ahora, no estoy enfadada, pero sí resentida, por todos aquellos hechos de nuestra vida en común que me hicieron daño.
Intento seguir los tres pasos que Avatar nos propone, pero no es fácil.
HABLAME DE ESOS TRES PASOS....
Estimada Demófila, por supuesto que no podemos renunciar al pasado y que lo que somos es precisamente por todas esas vivencias que nos han ido modelando, pero hay una diferencia entre apreder del pasado y ser esclavos de él, entre agradecer todo lo que nos pasó (bueno y malo) porque siempre nos dió la oportunidad de aprender y sacar lo mejor de nosotros mismos y estar resentido por lo que ocurrió o lo que "nos hicieron".
Así que la idea no es olvidar, pero si dejar la energía que nos hace sentir mal allí donde pertenece para que no interrumpa los pasos libres para construir nuestro futuro.
Querida MC, en estos momentos difíciles te mandamos todo nuestro apoyo, sabemos que los tres pasos no son fáciles y menos cuando más se necesitan, pero al mismo tiempo te mandamos nuestra admiración, porque dar pasos hacía la libertad con valentía suele ser muy difícil, ya se sabe eso de más vale lo malo conocido... Espero que este primer día del resto de tu vida lo recuerdes algún día con cariño y una sonrisa porque tu nueva vida supera con creces en lo que se había convertido la anterior, ese es nuestro deseo y espero que lo puedas hacer realidad. Un abrazo.
Estimado anónimo, no se muy bien que decirte sobre los tres pasos porque es precisamente su sencillez lo que a veces los hace tan difíciles de practicar.
No hay ningún secreto, pararse significa ser consiciente de la vorágine de pensamientos que nos arrastra y decidir cambiar algo, ese algo que cambiamos es su significado, en vez de creer lo que nuestra mente muerta de miedo nos dice simplemente la observamos como observaríamos a un niño que nos habla del coco, aceptando su miedo, escuchando pero sin hacerle caso y transmitiéndole seguridad y amor. Por último, ayudarnos del cuerpo sintiendo la manifestación física de la emoción, es la manera más fácil de dejar ir esa energía, abriendo un espacio en el pecho a esa opresión, o a ese nudo en el estómago, si lo sentimos y le abrimos espacio en nuestro cuerpo la sensación se expresará y se irá (ojo, el objetivo es sentir no que se vaya, si la sentimos para que se vaya no estamos escuchando al cuerpo de verdad y esa es la clave). De todas formas, mi consejo es que lo practiques y compruebes como va, el querer saber mucho de ello suele ser una estrategia de la mente para evitar que hagamos lo que no le viene bien. Suerte con ello!
me acuerdo de mi madre... supongo que buscando el consuelo que sentia cuando de pequeña me metia entre sus pechos y me sentia a salvo, pero desgraciadamente eso ahora seria imposible. siento el ataque que el me manda a traves de su silencio, su desprecio y la culpa cuando rememoro sus palabras diciendo que me voy a cargar todo por mi egoismo. esta utilizando vilmente a los niños siendo ahora el mejor padre del mundo.... ya se que mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer es de cobardes, pero no estoy sola. Si estubiera sola ya habria salido de esta situacion hace tiempo. Bueno , tendre que plantearme que me esperan meses quizas años de guerra ( que ironico , yo que siempre he evitado las guerras y siempre he sido mediadora en conflictos...) pero claro la ilusion de que el cielo se abra y me digan exactamente lo que tengo que hacer es imposible.. no dejeis de aconsejarme o al menos de escucharme. gracias.
No entiendo
POr que no sacar la rabia fuera el enfado
y como se puede olvidar tan facil del pasado, no es parte del presente?
a veces el pasado nos marca....para toda la vida u una vida....
Estimada anónimo, es verdad que no podemos decirte que has de hacer pero también es verdad que te escuchamos y estamos ahí. La vida nos plantea a veces situaciones muy difíciles que suponen un reto difícil de superar, pero solo tras haber pasado por ello y gracias a ellos seguimos avanzando en nuestro proceso de crecimiento. Es posible que no estén disponibles ya los brazos de tu madre, pero no olvides que ahora tienes otros, los de una madre dedicada, que si los sabes encontrar podrán darte el calor que otros no te dan. Son difíciles de encotrar porque solemos buscarlos fuera y tú los tienes muy dentro, ahí pegados a tu tronco como una extensión de tu cuello. Seguro que sabes como abrazar a tus hijos cuando tienen miedo o están cansados, haz lo mismo contigo porque tú tambíén lo mereces, como dice piano todos tenemos una niña interior dentro que debemos cuidar con esmero.
Con respecto al padre, recuerda que nadie puede manipular tus emociones a no ser que lo permitas y si lo hace a través de sus hijos... ¿quién es el egoísta? lo que necesitan es una madre que esté con ellos dándoles equilibrio y queriéndoles por si mismos y o para influir en nadie. Estoy seguro que tú puedes darles eso.
Piano, creo que a tu comentario ya he contestado antes, no hay que olvidar pero si deshacernos de las emociones que pertenecen al pasado y no nos permiten vivir el presente con libertad y felicidad. No digo que sea fácil, pero estoy seguro de que es posible. Dejar de ser huérfano, reencontrarnos con esa persona que nos falta dentro de nosotros donde dejó su esencia, y soltar la rabia y el enfado son pasos fundamentales para poder seguir viviendo.
Mi esposo tiene mucho resentimiento contra su padre, mi suegro siempre mantuvo relaciones por fuera del matrimonio con su mama y tuvo otros hijos razón por la cual descuido con el su rol de padre. Hace un tiempo le sugerí visitar un terapeuta pero no lo veo aun convencido quisiera de verdad ayudarlo a drenar todo eso q lleva por dentro ocasionado por el sufrimiento que vivió el y su madre por esta situación,
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