El blog de Avatar Psicólogos es un espacio para reflexionar, opinar, sugerir, informar, recibir, aportar y cualquier otra cosa que se nos ocurra. Espero que lo disfrutéis.
jueves, 30 de julio de 2009
LHASA
Lhasa, ciudad sagrada, antanio habitada por cientos de monjes dedicando su vida a la conciencia y la iluminacion, hoy ciudad encerrada entre modernidad, vacio y mercado. Si profundizas en sus calles, si cierras los ojos al entrar en sus monasterios, todavia puedes sentir, si no imaginar, la vida que un dia tuvo, el significado de cada una de las oraciones, las vidas dedicadas al crecimiento interior.
Uno de los monasterios que tienen mas vida es el de Jokhang, los fieles que hasta alli peregrinan, en ocasiones arrastrandose (literalmente) cientos de kilometros, y que circulan por cientos en el sentido de las agujas del reloj le confieren una energia especial al lugar. Su interior inspira espiritualidad, aunque sus monjes se encuentren controlados y parte del sentido de manternerlo funcionando sea el interes economico que ofrece. Sus vistas desde las plantas altas compiten en belleza con el misticismo del interior.
Desde la montania, majestuoso el Potala todavia gobierna la ciudad, maxima expresion de la arquitectura y cultura tibetanas fue el hogar de los diferentes Dalai Lama desde el siglo XVII hasta la toma del pais por China. Por fuera es mucho mas hermoso que por dentro que se encuentra vacio de vida, castrado a la mera visita turistica extremadamente dirigida, controlada y desposeida de toda sensacion espiritual. Solo cuando la imaginacion vuela y se cuela por los pasillos que llevan a sus mas de 1000 habitaciones entras en contacto con la fuerza que un dia tuvo que tener el que fue centro de la practica budista. Sherainae, mi companiera de viaje, me cuenta que un Lama le dijo una vez que no se entristeciera por Tibet, que lo que esta pasando es su karma y que gracias a la ocupacion y obligado exilio de sus eruditos las ensenianzas del budismo ha podido ver la luz en miles de puntos del planeta y no solo circunscribirse a uno solo. Quiza tenga razon y gracias a ello este es un lugar accesible tanto para su visita como para el aprendizaje de sus ensenianzas, tan en concordancia con las que defendemos en Avatar Psicologos y que si se hubiesen mantenido encerradas aqui hubiera sido dificil que nos ayudasen a los que nos encontramos fuera.
En el plano negativo, una de las cosas que mas me sorprenden, es como los peregrinos, en el recorrido por los templos se puede distinguir perfectamente entre peregrinos y turistas, ofrecen dinero a sus dioses. Los billetes se acumulan delante de cada imagen, de cada lugar sagrado y eso me hace plantear esa imperiosa necesidad que tenemos los seres humanos de “comprar” nuestra seguridad y nuesta vida eterna, en este caso una reencarnacion apropiada o el fin de ellas. Parece que mas alla de la religion que profesemos, la necesidad del ser humano de tener control le lleva a crear mecanismos para que lo impoderable pase magicamente a sus manos. Es de ese miedo a lo desconocido e incontrolable de lo que algunos se han aprovechado a lo largo de los tiempos para construir de lo espiritual pura riqueza, convertir lo sagrado en supersticion porque ¿puede haber un Dios, un padre, un maestro, que nos exija dinero y ofrendas para darnos a cambio la vida eterna, la sabiduria o el amor? Me parece que esa es una construccion muy humanizada de un ser superior, teňida de nuestras carencias y miedos mas importantes.
viernes, 24 de julio de 2009
TIBET
Tibet es una tierra sin duda especial, dicen que tambien sagrada y la
verdad es que cruzando sus inmensos valles rodeado siempre de montanias
sientes algo magico en cada momento. El azul de su cielo es espectacular,
y mas cuando esta permanentemente creando contrastes con el color marron
de las montanias y las caprichosas formas de las nubes que con su romance
permanente con las cumbres mas altas no nos permitieron disfrutar de la
fuerza del Everest y nos tuvimos que conformar con disfrutar de todas las
cumbres que a su alrededor parecen rendirle homenaje.
Esta tierra te llena de energia, te hace ver las cosas de otra manera y
tambien facilita la reflexion y la conexion con uno mismo. La falta de
oxigeno provoca unos suenios muy intensos y profundos que de alguna manera
obligan a limpiar esas cosas que durante el anio o la vida han quedado
atascadas en el inconsciente y necesitan salir. A veces ese proceso es
doloroso y remueve todo el cuerpo, pero ahora al llegar a Lhasa comprendo
que era un proceso necesario y que permite ver todo con una luz mas
intensa y mas amor.
Por otra parte tambien esta su sencillez, la vida es muy basica, depende
de la ganaderia y del campo (cuando los valles no estan a una altitud
exagerada). Es curioso como cuando la altitud no permite la vida, el
paisaje parece un desierto lleno de montanias, la sensacion que te da es
que todo esta lleno de vida y provoca una vibracion interna que es dificil
saber si se debe a la belleza de sus paisajes, a la vibracion que tiene el
lugar o a la falta de oxigeno.
Esa sencillez te hace apreciar de una forma mas intensa todo aquello que
tenemos en occidente y que a veces nos olvidamos de disfrutar. Tras dos
dias de viaje de albergue en albergue sin duchas y sin banios llegar a un
hotel con ambas cosas es un regalo de proporciones incalculables, he
tenido quiza la ducha mas intensa de mi vida.
En cuanto a los banios... un dia llegamos a un pueblo donde paramos a
comer, al ir al banio abri la puerta y encontre a una persona en posicion
indecorosa asi que rapidamente pedi disculpas y cerre la puerta no sin
algo de verguenza. Tras esperar a que saliese volvi a entrar... y cuando
estaba dentro... habia otra persona en la misma posicion! pero un poco mas
a la derecha y es que... era un banio compartido en el que los cuatro
agujeros de las letrinas tan solo estaban separados por una pequenia
madera que daba cierta intimidad al estar de cuclillas. En ese momento
agradeci que mis necesidades eran menores y disfrute de ese momento en
compania. Ahora entiendo porque las puertas no tienen cerrojo... La
llegada al guest house en el que ibamos a pasar la noche en otro
pueblecito fue otro shock. Por supuesto no habia ducha, podias lavarte al
aire libre (no se como lo haran en invierno) o coger una palangana y
llevartela a la habitacion. Pero lo que mas impresiono fueron de nuevo los
banios, esta vez eran dobles y sin separacion. Creo que en la pelicula
"Slumdog Millionarie" salia un banio parecido, donde bajo un agujero se
acumulaba una montania de escrementos que en este caso llegaban apenas a
un metro del agujero... en fin, que nuestra mentalidad (y las moscas que
rodeaban el lugar llevadas hasta aquel paraiso por sus eficaces gafas de
mosca) hacia imposible entrar en semejante lugar y en ese momento te das
cuenta de la inteligencia de nuestro cuerpo y la capacidad de nuestra
mente para aplazar necesidades basicas los dias suficientes.
Cambiando radicalmente de tema... la parte mas espiritual del viaje
tambien ha tenido sus anecdotas y es que el otro dia, en uno de los
monasterios mas sagrados de Tibet y en la capilla donde esta el buda mas
grande del mundo... me robaron la mochila!!! se la deje a un companiero de
viaje para poder hacer fotos de los demas, cuando llego su turno para
posar la dejo en el suelo, salimos todos del lugar sin acordarnos de ella
y cuando me di cuenta y volvimos a por ella... ya no estaba. Supongo que
incluso en los lugares mas sagrados impera el equilibrio y al lado del
bien siempre se encuentra el mal, al lado de la riqueza la necesidad. La
verdad es que la experiencia se convirtio en un ejercicio de desapego,
comprension de la impermanencia y de aceptacion de las cosas como son,
hacia unos momentos habia pedido por la paz en el interior de todos los
seres del planeta y por ser guiado en mi camino de evolucion y ayuda a los
demas ?era esta una manera de recorrer ese camino? Aproveche el lugar en
el que me encontraba para meditar y la verdad es que sali de alli con la
alegria con la que entre (supongo que ayudado porque tras la visita a ese
monasterio esperaba la primera ducha en tres dias!!). Es curioso como unos
dias despues lo que mas echo de menos de lo que perdi es el diario de
viaje y el cuaderno para escribir... el ipod, la grabadora, la ropa, la
funda de la camara y la bateria extra, el dinero... son todo cosas que se
pueden reparar, unas simples hojas de papel, las direcciones de los amigos
y un boligrafo... no tienen precio!
Bueno, ahora estamos ya en Lhasa, la ciudad sagrada del budismo, que sera
objeto del proximo post. Hasta entonces, disfrutad de esas comodidades que
tan a menudo damos por supuestas...
viernes, 17 de julio de 2009
Kathmandu, Lama Lundrup
Uno de los regalos que ofrece Kathmandu es la posibilidad de visitar al Lama Lundrup, que una vez mas nos recibe en el monasterio de Kopan, una grandisima persona que destila amor en la mirada y que siempre nos recibe con paciencia y
sonrisas. Como siempre nuestra estancia junto a el fue un regalo de
inspiracion sobre todo cuando le contamos que salimos de viaje hacia la tierra magica en la que el nacio, se le ilumina la cara y nos dice:
"No vayais a Tibet como turistas, ir al Tibet con la intencion de iluminaros, en un peregrinaje sagrado. Tibet es una tierra llena de poder y pureza, una tierra en la que se han iluminado muchisimos seres. Vuestro enfoque debe de ser este, ademas debeis permitiros recibir todas las bendiciones de los lugares sagrados y enviarlas para que todos los seres humanos puedan estar en Paz y dejen de sufrir. No dejeis de enviar bendiciones. Este es el enfoque".
Como no era la primera vez que le veiamos nos permitimos hacerle mas preguntas...
Cual es el mejor camino para Vivir?
El mejor camino es cultivar una mente pura y pacifica, esto lleva a no
crear mas karma. Lo mismo que te preparastes para venir a Nepal oraganizando
el pasaporte, la visa ... tienes que prepararte para ser feliz y para las proximas vidas. Crees en otras vidas? (cara de duda por mi parte) no importa si crees o no, hay mas vidas. Igual que no sabes ahora si habra maniana y este vendra hay otras vidas futuras y debemos prepararlas limpiando la mente de pensamientos negativos y llenando ese vacio de felicidad y compasion por todos los seres.
Cual es la mejor forma de prepararte para la muerte ?
La mejor forma para prepararte para la muerte es cultivando la compasion
hacia todos los seres .El egoismo te llena de infelicidad .No puede haber
felicidad sin compasion .Cuando quieres el bien para los demas esto
instantaneamente te llena ...
Cual es su enfoque sobre el sexo?
Primero conviertete en Buda y desde ahi todo cuanto hagas y elijas estara
bien. Practica la renuncia (no se refiere a la sexual sino al apego), te gusta la renuncia? la renuncia , te lleva al vacio (de necesidades, de miedos), de ahi vas al desapego y comprenderas la impermanencia del
universo. El sufrimiento viene de la ignoracia, la comprension de la
impermanencia te libera de la ignorancia, de la ignorancia de la pureza que somos dentro (encontrarnos, reencontrarnos porque siempre hemos sido perfectos, con lo que en realidad somos es lo que nos da la paz en la mente, la felicida).
Tambien preguntamos por como afrontar la muerte, pero ese sera un tema para otro dia (me cierran el cibercafe y hay que preparar el viaje que manana empezamos)
Un abrazo lleno de ese amor que nos ha regalado para todos.
martes, 14 de julio de 2009
Ansiedad de separación
Pese a las palabras que sus oídos captaban a su alrededor, con el inconfundible tono de cada una de sus mejores amigas, María permanecía con la mirada perdida, como queriendo llegar con su alma allí donde la mirada le alcanzase y alejarse de este presente que le asfixiaba.
Nada podía consolar su corazón destrozado, todo cabía y era absorbido sin dejar rastro por aquel agujero negro que había surgido en tan solo unos segundos tras la noticia entre su pecho y su estómago, un lugar de su cuerpo que no conocía excepto por algunos momentos difíciles ya olvidados en los que había sido cobijo de su ansiedad y sus miedos. Todo su ser y su energía se deslizaban hacía ese vacío que amenazaba con terminar con su vida en una espiral interna a la que se abandonaba más intensamente si cabe que al abandono inesperado que había venido de fuera.
Sentía en su piel las manos amigas, pero no podría describir las sensaciones que le producían, todo su cuerpo era materia inerte incapaz de relacionarse con un exterior que le había robado una de las cosas que más quería.
Por momentos su mente, tratando desesperadamente de salir de aquel sufrimiento que todo lo envolvía, se preguntaba una y mil veces "¿por qué?" y hacía interminables conjeturas de lo que podría haber pasado si ella hubiese hecho esto o aquello, si le podría haber dicho algo que cambiara las cosas o quizá si precisamente todo había pasado por hablar demasiado. Había momentos en los que solo deseaba gritar y le invadía una sensación de estar volviéndose loca, de no poder soportar ese dolor que le quemaba dentro, en otros se asustaba de su propia frialdad, de como veía la muerte como una fría aliada, mientras que cuando giraba la vista hacía la vida ésta le abrasaba.
No sabía si aquello duraría siempre, si había un motivo, si era un castigo por algo que había hecho, si pasaría, no sabía nada y eso era lo que no podía soportar, no saber que pasaba ni que pasaría. Entre las voces de sus amigas había oído a una decir, una de esas a las que le encanta poner etiquetas a todo, que lo que tenía era ansiedad de separación... ¿y eso que coño era? necesitaba que alguien se lo explicase, ¿por qué se sentía así tras perder a alguien a quien quería? si ese era el precio del amor ¿merecía la pena abrir el corazón y querer a alguien? ¿cómo se salía de aquí? ¿había algo que pudiese hacer? porque se moría sin poder hacer nada, no soportaba no saber que hacer, hacer, hacer, algo podría hacer ¿no?
Lanzaba esas preguntas al aire sin buscar una respuesta concreta, sin desear que nadie acertara, tan solo quería oír diferentes opiniones, no importaba si eran descabelladas, sólo quería sentir que aquello por lo que estaba pasando tenía un sentido, una explicación, un camino de salida, por absurdo, difícil, peligroso o enredado que éste fuera, tan solo quería leer palabras que saliesen del corazón, sin pretender nada...
Nada podía consolar su corazón destrozado, todo cabía y era absorbido sin dejar rastro por aquel agujero negro que había surgido en tan solo unos segundos tras la noticia entre su pecho y su estómago, un lugar de su cuerpo que no conocía excepto por algunos momentos difíciles ya olvidados en los que había sido cobijo de su ansiedad y sus miedos. Todo su ser y su energía se deslizaban hacía ese vacío que amenazaba con terminar con su vida en una espiral interna a la que se abandonaba más intensamente si cabe que al abandono inesperado que había venido de fuera.
Sentía en su piel las manos amigas, pero no podría describir las sensaciones que le producían, todo su cuerpo era materia inerte incapaz de relacionarse con un exterior que le había robado una de las cosas que más quería.
Por momentos su mente, tratando desesperadamente de salir de aquel sufrimiento que todo lo envolvía, se preguntaba una y mil veces "¿por qué?" y hacía interminables conjeturas de lo que podría haber pasado si ella hubiese hecho esto o aquello, si le podría haber dicho algo que cambiara las cosas o quizá si precisamente todo había pasado por hablar demasiado. Había momentos en los que solo deseaba gritar y le invadía una sensación de estar volviéndose loca, de no poder soportar ese dolor que le quemaba dentro, en otros se asustaba de su propia frialdad, de como veía la muerte como una fría aliada, mientras que cuando giraba la vista hacía la vida ésta le abrasaba.
No sabía si aquello duraría siempre, si había un motivo, si era un castigo por algo que había hecho, si pasaría, no sabía nada y eso era lo que no podía soportar, no saber que pasaba ni que pasaría. Entre las voces de sus amigas había oído a una decir, una de esas a las que le encanta poner etiquetas a todo, que lo que tenía era ansiedad de separación... ¿y eso que coño era? necesitaba que alguien se lo explicase, ¿por qué se sentía así tras perder a alguien a quien quería? si ese era el precio del amor ¿merecía la pena abrir el corazón y querer a alguien? ¿cómo se salía de aquí? ¿había algo que pudiese hacer? porque se moría sin poder hacer nada, no soportaba no saber que hacer, hacer, hacer, algo podría hacer ¿no?
Lanzaba esas preguntas al aire sin buscar una respuesta concreta, sin desear que nadie acertara, tan solo quería oír diferentes opiniones, no importaba si eran descabelladas, sólo quería sentir que aquello por lo que estaba pasando tenía un sentido, una explicación, un camino de salida, por absurdo, difícil, peligroso o enredado que éste fuera, tan solo quería leer palabras que saliesen del corazón, sin pretender nada...
martes, 7 de julio de 2009
Los siete pecados capitales: conclusiones
Terminamos con la avaricia una particular (y repetimos que personal) serie de los pecados capitales, desde la cual no hemos tenido otra pretensión que tratar de darle la vuelta al concepto de culpa, tan omnipresente en nuestra cultura.
Como decíamos en la introducción, seamos practicantes o no, creyentes o no, todos nosotros hemos crecido (y eso significa que hemos aprendido) los valores propios del catolicismo, por lo cual conceptos como equivocarse, errar, fallar, confundirse, o incluso "no saber que hacer", han podido ser confundidos, en ciertos contextos, por pecar.
La diferencia entre este errar consciente y el errar inconsciente, es sin duda, la intención. Y es por eso, que desde estos posts, hemos llamado tantas veces a la honestidad personal, considerando que es en sí misma la única vía por medio de la cual podemos hacer consciente lo inconsciente.
No hemos pretendido, en ningún caso, hablar de la psicopatología del pecado, puesto que sin duda eso hubiera sido no construir, ya que las etiquetas psicopatológicas no siempre son la ayuda que pretenden ser.
Lo que hemos perseguido ha sido encontrar la luz que proyecta la sombra, asumiendo que muchas veces las cosas no se hacen bien no por que no se quiera (volvemos a hablar de intención/no intención), si no porque no se sabe, o quizás porque nadie nos enseñó a hacerlo. Así, la pereza, en algunos casos, puede ser un tiempo de hibernación desde el cual coger fuerzas para lo que viene... o la gula puede ser el detonante que nos permita deternenos y buscar cuales son los vacíos del alma, asumiendo que tenemos "dos estómagos", uno que se nutre de alimentos, y otro metafórico que se nutre de afectos... La lujuria puede ser un regalo, efectivamente, pero también una búsqueda de afecto en la que se confunde sexo con amor, cuando no son lo mismo. La envidia, tan paralizante y justificación de las más graves manipulaciones humanas, puede, en realidad, devolvernos en un espejo la imagen de aquello que querríamos ser pero que todavía no somos. La avaricia, ese afán desmedido por "coleccionar" etiquetas que nos esclaviza, puede por el contrario liberarnos si recordamos que somos lo que somos, no lo que tenemos. La soberbia, ese vestido tan pesado que nos impide aprender y escuchar... hasta que al desnudarnos, y precisamente por eso, nos da la oportunidad de conocer desde el corazón todo lo que nos rodea. Y la ira, esa emoción a veces adaptativa pero tan desadaptativa porque al poner toda la atención fuera de nosotros nos impide aprender... y porque desde Avatar Psicólogos consideramos que aprender es crecer.
Fue Nietzsche quien dijo que los obstáculos de mi camino se convirtieron en mi camino. Es esa la idea que nos ha mantenido las últimas semanas hablando de los Pecados Capitales. Es una idea muy budista esta de asumir que todo lo que nos pasa en la vida es para aprender y crecer con ella, de ella. Una estrategia guerrera es coger la inercia del movimiento del contrincante, puesto que eso es al final mucho más económico (en terminos de fuerza y de esfuerzo) que parar en seco ese movimiento.
Eso es lo que aspiramos hacer con los obstáculos o dificultades vitales: no solo convertirlas en reto, si no aprovecharnos de su inercia.
miércoles, 1 de julio de 2009
La avaricia
Continuamos con nuestra particular serie de los pecados capitales, y llegamos al último: la avaricia.
Antes de empezar nos gustaría recordar que el orden que se ha seguido a la hora de escribir sobre ellos ha sido completamente aleatorio y personal, ya que de hecho la avaricia, pecado que nosotros abordamos en último lugar, es considerado en muchas ocasiones como uno de los pecados capitales más corrientes.
La avaricia, también llamado codicia, se refiere a un deseo patológico y desmedido, también desordenado, de coleccionar riquezas. Puesto que el objetivo final del ávaro es coleccionar, atesorar todo tipo de cosas con valor material (en principio, aunque también hay otros tipos de avaricia...), no es extraño que el ávaro (y la ávara) se sirva de muchas estratagemas, no demasiados dignas para lograrlo: engañar, robar, manipular...
En nuestra opinión, la avaricia es un pecado que correlaciona en gran medida con la envidia. Aunque también puede parecerse a la lujuria y a la gula, en el sentido que es un pecado que se caracteriza porque tiende al exceso, a desbordarse fuera de control, ciertos hilos subliminales que lo mantienen se parecen más a los que vimos en la envidia. Si en ésta la persona envidia de los demás lo que no es capaz de encontrar en sí misma, en la avaricia hay un trasfondo también de vacío, un vacío que quiere ser rellenado a partir de acumular cosas materiales sin ser consciente de que cuanto más acumula más vacío se siente porque nada de lo que traigamos de fuera podrá servir para rellenar un vacío que es tan de dentro.
Vivimos en una sociedad donde no se valora ser mejor (se refiere a uno con uno mismo...), si no que se trata de ser el/la mejor en comparación con otros. No vale ser más (con respecto a nosotros mismos en otro momento de nuestras vidas), si no que hay que ser el/la que mas. Y el problema de centrarnos tanto en el ombligo ajeno, obviando el nuestro, viene porque siempre pensamos que el otro, la otra, es mejor de lo que realmente es; o que es mas de lo que realmente es... o que tiene más de lo que realmente tiene. Y así entramos en una competición que es muy rentable a nivel productivo pero que mantiene los niveles de autoestima muy bajos y que nos hace depender permanentemente de lo que tenemos más que de lo que somos. Parece que cuanto más tenemos más amor mereceremos y entramos en una espiral que se convierte rápidamente en un circulo vicioso porque cuanto más tratamos de tener cosas de fuera más nos olvidamos de nosotros mismos y de querernos por lo que somos. Es más, incluso aunque tengamos un éxito enorme nunca nos sentiremos satisfechos porque en una parte de nosotros, la verdaderamente importante, sentiremos que sólo se nos aprecia precisamente por eso, por haberlo hecho bien no por SER un ser humano digno del mayor de los respetos y del amor. Así que nos perdemos tratando de demostrar, de atesorar, de impresionar, de destacar, de llamar la atención, de...
Con respecto a la parte de pecado, en esto de "coleccionar" y "atesorar" bienes, posesiones, y dinero.. entre otros... está sin duda el no compartir. Desde el origen de la evolución del ser humano ha sido más eficaz para la supervivencia vivir en grupos y pequeñas comunidades, clanes, tribus... (aunque se fuera el chivo expiatorio de la misma) que vivir en solitario; por eso, el no compartir lo que se posee puede provocar el desequilibrio en estos grupos esenciales y la cultura toma nota de eso inscribiéndolo como norma, en este caso a través del pecado, para protegernos de lo que podría constituir una amenaza para el buen desarrollo del grupo social. Aunque en el contexto de la religión católica nos encontremos la paradoja de que, durante siglos, los ávaros por excelencia fueron precisamente los Obispos.
El budismo, en cambio, nos dice que la avaricia es el resultado de una errónea conexión con la felicidad, describiéndola, como ya dijo Erich Fromm, en el tener en lugar de en el ser, como veíamos anteriormente. Así en la cultura budista, muy consciente de la impermanencia de todas las cosas, la avaricia es un acto absurdo ya que si nada permanece... ¿para que acumular cosas?
Desde Avatar Psicólogos esta serie nació con el propósito de realizar una aproximación constructivista de los pecados, asumiendo que si tomamos conciencia de la carencia que tratan de cubrir, los pecados serían parte importante del proceso de crecimiento personal..
Con respecto a la avaricia, creemos que lo primero sería reconocer que existen momentos de nuestras vidas donde no es necesariamente malo, o pecado, el coleccionar o atesorar ciertas virtudes... al fin y al cabo para poder dar primero hay que tener de sobra. Ya veíamos en otro post dedicado al egoísmo que las personas que tienen más capacidad de dar son las que más tienen y que aquellas que no tienen suelen dar con el objetivo, consciente o inconsciente, de que se les devuelva con creces aquello que dan. Así que no vemos nada negativo en el deseo de tener, siempre que se mantenga el equilibrio entre lo que entra y lo que sale, siempre que no perdamos de vista que aquello que nos llena no puede venir de fuera y dediquemos más tiempo a nuestro verdadero ser que a lo que simplemente lo adorna.
Estas etapas serían el equivalente en nuestras vidas al acopio de conservas para el invierno. El problema llega cuando lo queremos todo para nosotros y no lo compartimos con quienes lo necesitan. O amamos. O están cerca... Si invierno trás invierno lleno mi despensa de conservas que no solo no comparto, si no que ni siquiera utilizo, llegará un momento en el que éstas caducarán y no servirán para nada; o incluso, que yo mismo/a no quepa en la despensa y mientras protejo mi "tesoro", sea yo quien pase frío...
Al final, de nuevo se nos hace referencia al equilibrio, porque como decía ya en el siglo XVII Jean de la Fontaine, la avaricia lo pierde todo por quererlo todo... a no ser... a no ser que atesoremos tesoros para compartirlos... además, así saben mejor... mucho mejor...
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