En el día de la mujer trabajadora, desde nuestra admiración, agradecimiento y respeto, queremos honrar a todas esas mujeres que con su esfuerzo, generosidad y dedicación cada día sostienen nuestra sociedad, nuestras familias, nuestro bienestar, nuestra Vida...
Y la mejor manera que encontramos es a través de los textos de las mujeres de nuestro equipo, cuatro visiones, cuatro profesionales, cuatro Seres, cuatro Universos espléndidos.
Amo a todas y cada una de las mujeres que habitan en mi.
Amo a la Mujer Emocional, la que sin previo aviso se desborda como un río, con la fuerza misma de la naturaleza. A la notoria, a la imprevisible, a la que salta al vacío.
Amo a la Mujer Salvaje, la del instinto a flor de piel, la primitiva, la que cuida a sus crías, la que habita en cuevas, la de los dientes afilados y los pies descalzos.
Amo a la Mujer que trabaja, la que busca su sustento, la que sale a un mundo, muchas veces hostil, con una amplia sonrisa, sintiéndose valiosa.
Amo a la Mujer Madre, que me permitió experimentar la magia de la creación, el universo creciendo y expandiéndose dentro de mi vientre.
Amo a la Mujer Niña, la que juega, la que ríe, la que a veces llora cuando sueña con monstruos que viven debajo de su cama.
Amo a la Mujer Consciente, la que observa, la que "respira" y me trae al momento presente a cada instante, creando un puente invisible entre el Ser y el corazón.
Amo a la Mujer Bruja que me conecta con la sombra y a la Mujer Ángel que me conecta con la luz.
Amo a la Mujer Guerrera que, espada en mano, lucha por sus sueños y a la Heroína que crea su realidad, consciente de que los dragones no son obstáculos, sino sueños a alcanzar.
Por lo tanto, Amo y Honro a cada una de las mujeres que habitan fuera de mi, a las de carne y hueso, a las que todos los días se levantan, a veces con muchas ganas... otras con menos... pero se levantan, se miran al espejo, se reconocen y siguen caminando por la delgada línea que divide el mundo que sueñan del que les toca vivir, llevando como únicas posesiones, una sonrisa y un cuerpo de mujer.
Feliz día bellas mujeres
Mariela Mazza
Hablar de mujer trabajadora me parece una redundancia, en realidad, yo no conozco a ninguna mujer que no trabaje, ¿y vosotros?
Mi mujer trabajadora de referencia siempre será mi abuela Esco. Madre de siete hijos, a los que había q sumar a mi abuelo, al que también cuidaba. Por supuesto nunca trabajó "fuera de casa", ni recibió compensación económica alguna jamás y... ¿vacaciones...? ¡creo que no sabe ni lo que significa esa palabra!
Pero lo que más he admirado de ella ha sido el amor que siempre tenía, supongo que gracias a eso jamás parecía cansada.
Hoy quiero hacer mi pequeño homenaje a una de las mujeres que más quiero y admiro de mi vida y, que a pesar de que su cabeza hoy está algo confusa, supongo que porque por fin se ha permitido tomarse esas vacaciones que nunca tuvo, sigue siendo puro amor y alegría.
Felicidades a cada una de las mujeres que forman parte de mi vida y, por supuesto, a todas las que estáis leyendo estas palabras, porque de alguna forma estáis formando parte de mi vida también.
Mónica González
Esta mañana al levantarme y
escuchar la voz de mi hija llamándome recordé que hoy era 8 de Marzo día Internacional
de la Mujer, a mi mente vinieron imágenes sobre el posible futuro que espera a
mi pequeña por su condición de mujer. En ese momento me ha invadido un fuerte
sentimiento de agradecimiento a todas las mujeres que en el pasado y hoy en el
presente están luchando para que las mujeres del futuro tengan un mejor lugar donde vivir.
Si hoy puedo escribir, votar o soñar para mi
pequeña una vida mejor en igualdad es gracias a mujeres como Clara Campoamor,
Simone de Beauvoir, Marie Curie, Rosa Parks etc. Vienen a mi nombres de mujeres
de ciencias, letras, política… incluso mujeres más importantes sin nombre que
lucharon por el sufragio universal, por mejoras en el trabajo, por la
integridad racial, que tuvieron que travestirse de hombres para poder estudiar,
que dijeron NO ante la desigualdad superándola con su tesón y esfuerzo.
Hoy hay miles de mujeres que siguen con esta
lucha en todo el mundo y no hay que parar porque todavía no se ha terminado el
trabajo, solo hemos recorrido una parte del camino. A las mujeres
occidentales nos queda una parte difícil que superar, que se esconde
dentro de nosotras, en nuestros aprendizajes, miedos y pseudo igualdades. Tenemos
que abogar por una igualdad de las diferencias, en las que si quiero llegar a
lugares solo permitidos para hombres no tenga que disfrazarme con
características masculinas para triunfar.
Y si nos preguntamos a
nosotras mismas como podemos contribuir a la causa, es relativamente fácil, no
es necesario grandes gestos. Con el simple hecho de darnos permiso, permiso para ser
libres para ser quien queramos ser. Romper esas cadenas invisibles y sutiles
que heredamos del pasado y que residen
en nuestro interior, traducidas y resumidas en la palabra debo.
El objetivo es seguir los pasos de tantas y tantas
mujeres que desecharon esa palabra y la convirtieron en quiero.
Y por supuesto no olvides de transmitir e
impregnar a las siguientes generaciones que hoy nos llaman mamá, tita, profe
etc. con un gran puedes y un no menos fuerte tienes derecho a querer, ¡desea! es tu derecho.
Por último no quiero olvidar
a esos hijos, maridos, profesores y compañeros de estudio o trabajo, que han
contribuido y siguen contribuyendo a nuestro sueño.
QUEREMOS
Toñi Figueredo
Hoy, camino de una tierra andaluza para reencontrarme con parte de mis raíces me invaden momentos inolvidables con mujeres que con sus ejemplos de vida han influido, muchas sin saberlo, en quien soy hoy.
Madres, abuelas, bisas, tías, hermanas, amigas, vecinas, compañeras... mujeres que en busca de su misión personal vais dejando una estela que roza o se impregna en cada una de las personas con las que os cruzais.
Mujeres que inspiráis, que habéis sido admiradas, a las que alguna vez hemos deseado parecernos. Las mismas que en otros momentos nos habéis hecho crecer con vuestros errores invitándonos a no repetirlos, a no vivir como vosotras lo hicisteis.
Vosotras me enseñasteis a ser. A transformar mis errores en una oportunidad para mejorar.
Mujeres tradicionalmente "sufridoras" con esa necesidad de dar a los demás para sentiros útiles. Con el sentir, grabado a hierro en lo mas profundo de vuestro ser, que sois más "buenas" cuanto más dais o sufrís.
Vosotras me ayudasteis a rebelarme ante el "tú sola no puedes" y hoy se cuidar de mi misma.
Mujeres víctimas de abusos que con palabras o miradas me hicisteis prometer que nunca lo permitiese en mi piel.
Vosotras me mostrasteis la necesidad de amarme y respetarme con todas mis fuerzas para vivir el amor con libertad, sin miedos.
Mujeres valientes que rompisteis las reglas tradicionalmente impuestas.
Vosotras me enseñasteis a creer que todo puede ser posible si lo intentas. Me invitasteis a creer en mi y en mis capacidades para hacer realidad mis sueños y me dejasteis caer una y mil veces para que me diese cuenta de que podía volver a levantarme para volver a intentarlo haciendo algo diferente.
En el día de la mujer, a todas y cada una de vosotras, gracias.
Estefanía Escudero