En
nuestro trabajo con niños, vemos a menudo las consecuencias tan negativas que
ocasionan los diagnósticos tardíos. Unas veces por el miedo a enfrentarnos a
realidades dolorosas, otras por la propia complejidad del desarrollo en la
infancia o, incluso, por un mal asesoramiento hacen que tardemos
demasiado en darnos cuenta de que tenemos un problema.
Es
cierto que cada niño lleva su propio ritmo de desarrollo, y las diferencias en
cuanto a la adquisición del lenguaje, el control de esfínteres o el desarrollo
motor entre otros aspectos, pueden variar considerablemente de un niño a otro.
Y lo mismo ocurre con las capacidades cognitivas. Por otro lado, determinadas
conductas que en un adulto serían claramente patológicas, en el niño son sólo
producto del propio desarrollo y la falta de madurez cerebral, y por lo tanto
desaparecen a medida que el niño va creciendo. Por toda esta complejidad, la
detección de patologías en el niño es en ocasiones complicada y los diagnósticos
correctos pueden demorarse demasiado.
Es
fácil entender que cuanto antes seamos conscientes de que hay un problema mejor podremos atajarlo, porque los problemas
que no abordamos siempre crecen. La detección precoz es fundamental para conseguir los mejores resultados en cualquier
tratamiento posterior, y para reducir lo antes y lo máximo posible el sufrimiento de nuestros hijos y el
nuestro propio.
Las
principales señales de alerta las vamos a encontrar en la incapacidad o el
retraso en los aprendizajes y habilidades que debe ir adquiriendo el niño. A
partir de los tres años, o incluso antes si el niño va a la guardería, nuestros
hijos están en contacto continuo con otros niños de su edad y esto en mi
opinión es la mejor guía que podemos tener (más allá de logros concretos a
edades concretas que tengamos que conocer): que nuestro hijo siga a su grupo de
iguales en la adquisición de los distintos aprendizajes. Si esto no es así y vemos que se queda atrás
en la adquisición del lenguaje, desarrollo motor, lectura o el resto de
habilidades, debemos ver qué está pasando. Quiero señalar especialmente el
desarrollo social, por ser algo a lo que muchas veces no damos importancia, y
que sin embargo es muy característico de varios trastornos importantes como los
relacionados con el espectro autista, por ejemplo. Por lo tanto también debe
ponernos en alerta si nuestro niño tiene problemas para relacionarse con sus
iguales.
Que un
niño no sea capaz de seguir el ritmo de sus compañeros en cualquier área de su
desarrollo, siempre le va a provocar un grado de sufrimiento que debemos
intentar atajar lo antes posible. Cuanto
más tiempo esperemos, el niño va a sentirse más frustrado, incomprendido y
muchas veces rechazado por sus compañeros. Y lógicamente, esto va a dañar su
autoestima y va a generar problemas de
ansiedad o incluso depresivos, que
después serán un añadido al problema en sí. Por lo tanto, a mí la frase “vamos a esperar un poco…” no me gusta casi
en ningún contexto, pero en este menos.
Otro
tipo de señales que nos deben alertar son los retrocesos en aprendizajes o
habilidades que el niño ya tenía adquiridas, así como cambios llamativos y que
se mantienen en el tiempo en el comportamiento habitual o en el humor del niño.
Insisto en que con nuestros hijos no debemos
esperar, y ante la duda merece mucho la pena consultar con el profesional adecuado y quedarnos tranquilos. La
mayoría de las veces, afortunadamente, el problema no será tal o será
suficiente un pequeño cambio en algunas pautas o un refuerzo en un área
concreto. Muchas veces, con una intervención específica evitaremos que la cosa vaya a más y
estaremos ayudando a que nuestro hijo pueda ofrecer la mejor versión de él mismo. Y
si se tratara de algo más serio, todo el tiempo que dejemos pasar será tiempo
que nuestro hijo estará sufriendo, intentando adaptarse a un medio en el que no
puede integrarse con las herramientas de que dispone, en una lucha constante en
la que no tiene posibilidad de ganar si no se le ayuda.
Monica González
Podéis reforzar la información de este post viendo la entrevista que le hicieron a nuestra psicóloga en el programa "Café y Té" de TV Estepona siguiendo el siguiente enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=Jhe5SOBo05g