martes, 27 de abril de 2010

Proactividad: siglo I


Acusar a los demás de nuestras desgracias es una prueba de la ignorancia humana; acusarnos a nosotros mismos significa empezar a entender; no acusar ni a los demás ni a nosotros mismos es verdadera sabiduría" Epicteto


Esta preciosa definición de proactividad fue hecha por Epicteto, un filósofo griego nacido en el año 55, perteneciente a la escuela estoica y que vivió parte de su vida como esclavo en Roma. Es curioso como hay principios que no importa el tiempo que pase, la situación personal del que los realiza (si un esclavo no culpa a los demás de su estado ¿quién puede hacerlo?) o la cultura en la que se apliquen, permanecen inmutables. Y es que igual es más eficaz dejar de buscar culpables y empezar a preguntarse ¿Qué puedo hacer yo ante esto que me ocurre?

domingo, 11 de abril de 2010

Terapia de Interacción Recíproca


“Tengo esperanza firme en ti, te admiro y te apruebo, con la seguridad de que puedes ser tal como eres”

En la investigación realizada por Roberto Aguado para crear su “Terapia de Interacción Recíproca” hay una serie de preceptos importantes que ayudan a comprender la creación de los conflictos que nos limitan y nos evitan ser lo que deseamos ser, es decir lo que somos.

El ser humano tiene unas necesidades básicas tanto a nivel biológico como psíquico. Cuando estas necesidades básicas no son conseguidas el ser humano entra en un programa de peligro vital que está encaminado a hacer lo posible para conseguir eso que necesita, ya sea alimento, calor, protección o el cariño y el afecto que al bebé le aseguran que será alimentado y protegido. Sería algo así como “si me quieren no me abandonarán y si no me abandonan estaré seguro y sobreviviré”. Pero si no existe el afecto entonces podrían abandonarme y si el bebé es abandonado muere (el bebé todavía no sabe nada de los Servicios Sociales).

Por otro lado, el bebé en crecimiento aprende los esquemas básicos, esos aprendizajes sobre si mismo y el mundo, que luego serán su guía para manejarse en él, de las personas que están a su alrededor y su relación con ellas. Esto ocurre especialmente en los primeros momentos de su vida en los que el continente del conocimiento está más abierto al estar vacío y necesitar llenarse para poder interaccionar con el mundo. Roberto Aguado denomina personas referenciales básicas, normalmente los padres aunque puede ser otra persona, a aquellas personas importantes para el niño en esos momentos fundamentales de su vida en los que es tan dependiente de los demás para sobrevivir.

“La relación posterior con esta persona referencial básica es fundamental y esencial para la formación del autoconcepto del sujeto, por lo que si en este vinculo hay algún tipo de rotura, carencia o accidente, el sujeto puede tener mellado su autoconcepto, y por lo tanto su equilibrio. La persona referencial básica también puede ser alguien que represente una institución o un ideal.
La persona referencial básica será entonces ese espejo donde el sujeto se mira y donde puede encontrar admiración o repudio. El autoconcepto esta condicionado por esta relación en espejo, de tal forma que si la persona referencial básica otorga lo que denominamos confianza básica, trasmitiendo al sujeto algo parecido a: “Tengo esperanza firme en ti, y te apruebo, con la seguridad de que puedes ser tal como eres”, el autoconcepto será muy positivo, el sujeto podrá admirarse, ya que su persona referencial básica, le mira y le contempla con aprobación. Al sentirse admirado el sujeto puede admirarse”
comenta Roberto Aguado en su decálogo de la Terapia de Interacción Recíproca.

Pero si esto no se produce entonces el sujeto vivirá dentro de un desajuste emocional, un desequilibrio, en el que la supervivencia no estará asegurada y todos sus esfuerzos irán encaminados a conquistar esa admiración que le permita sentirse seguro. Ese desequilibrio, ese miedo y esos esfuerzos serán los que provoquen sus sintomas que luego interpretaremos como una enfermedad psicológica, ansiedad, depresión , anorexia... Así por ejemplo, el niño puede construir el pensamiento inconsciente “no me quieren porque no soy suficientemente bueno, si lo hago mejor me querrán” y dedicarse a tratar de conseguir esa fantasía de ser mejor para asegurar el cariño de los demás. Este pensa-miento afectará enormemente en su vida porque será una creencia que formara su autoconcepto, como la persona se ve, basado en el precepto “no soy demasiado bueno” o “tengo que hacer cosas por los demás para ser querido (y por tanto sobrevivir)”.

Los aprendizajes que se hacen en esos primeros años de vida se graban en unas estructuras muy básicas del cerebro, zonas del sistema límbico, ya que la corteza cerebral (el pensamiento lógico e inteligente) todavía no esta mielinizado (la sustancia necesaria para que las neuronas se conecten entre si). Y como en el sistema limbico no existe presente, pasado y futuro (eso son capacidades de la corteza) pues todo lo que se quede allí inscrito se vivirá siempre en presente, aunque ya no sea un niño dependiente mi sistema limbico seguirá teniendo exactamente la misma grabación que cuando lo era y la misma sensación de peligro vital si percibo que los demás no me quieren (me muero). Por otro lado como las investigaciones neurológicas indican que “800 milisegundos antes de tomar una decisión (racional) se han desencadenado potenciales eléctricos en zonas límbicas del cerebro” (Benjamín Libet) y de ahí nuestro precepto de “la emoción decide y la razón justifica”, ochocientos milisegundos antes de que nuestro cerebro racional tome una decisión nuestro cerebro limbico está reaccionando y si allí está grabado “no soy suficientemente bueno” o “tengo que agradar a los demás para sobrevivir” todas mis decisiones estarán mediadas por esas instrucciones de las que no soy consciente pero que están manejando mi vida, e incluso me hacen creer que yo soy así y siempre lo he sido aunque eso que supuestamente soy no me haga sentir bien o esté arruinando mi vida.

Por eso la psicoterapia debe consistir en ir a esas grabaciones del sistema límbico, completamente inconscientes, y grabar hoy allí un mensaje diferente del tipo “está bien ser como eres y estas seguro siéndolo” para que las personas puedan ser libres de elegir su destino y no sean esclavas de los mensajes que recibieron, o más bien interpretaron, de su relación con su persona referencial básica. Por eso es tan importante para nosotros lo que ocurrió en la infancia y por eso tenemos la firme creencia de que las personas pueden ser lo que desean ser, y por tanto lo que son, en cuanto puedan liberarse de esos mensajes de peligro vital grabados en zonas muy básicas de su cerebro.

Así que si, tenemos esperanza firme en ti, te admiramos y te aprobamos, con la seguridad de que puedes ser tal como eres. Porque, sin duda, TÚ PUEDES.

Información sobre formación en Terapia de Interacción Recíproca o sobre terapeutas de esta orientación en www.institutoeuropeodepsicoterapia.com

miércoles, 7 de abril de 2010

Tal como eres

Foto: Luciana Ognibene


Tengo esperanza firme en ti, te admiro y te apruebo, con la seguridad de que puedes ser tal como eres.

.